- Empoderamiento
Inflacción, Depositphotos.
Panamá ha acumulado durante el 2021 una inflación interanual del 2,6 por ciento -del 1,6 por ciento en el caso de que se tome la inflación entre enero y diciembre en vez de diciembre del 2020 a diciembre del 2021-, una cifra muy alejada del 9,3 por ciento que el Fondo Monetario Internacional estimó para el área de Latinoamérica durante el mismo periodo y también mucho menor que el 7 por ciento que aumentó la inflación en EEUU el pasado año, lo cual sitúa a la economía panameña en una posición de partida casi inmejorable para encarar la recuperación que ya está en curso.
Estimaciones favorables para el 2022
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha estimado un crecimiento del PIB panameño durante el 2022 del 8,2 por ciento, sólo por detrás de la Guayana, que sería del 32 por ciento, de Santa Lucía, que crecerá un 11,9 por ciento, y las Bahamas, que crecerá un 8,5 por ciento, lo cual coloca a Panamá con una estimación del crecimiento por encima de la media de la región y que los analistas explican en gran parte por la reactivación de la actividad tras haberse relajado las restricciones.
En un informe del Statista Research Department se estima que la tasa de inflación de Panamá para el 2022 será del 1,96 por ciento, la cual subirá ligeramente hasta situarse en el 2 por ciento durante los cuatro años siguientes, lo que de cumplirse mantendría la tradición de bajas tasas de inflación que caracteriza al pequeño Estado centroamericano. En cualquier caso, la amenaza de la inflación en dos regiones con un peso en el PIB mundial tan grande como los EEUU y la Unión Europea pueden animar a inversores y ahorradores a buscar refugio en otros activos que vayan más allá de las tradicionales divisas fuertes.
Un puerto seguro contra la inflación
Aunque las divisas fuertes cumplen mejor que el resto de divisas uno de los deberes fundamentales de estos activos, que es el de mantener a lo largo del tiempo el valor del ahorro, lo cierto es que ninguna divisa es inmune a la inflación, y por lo tanto si no se utilizan para conseguir aumentar su valor mediante algún tipo de inversión -a pesar de que siempre existe el riesgo de perder capital se invierta como se invierta- lo cierto es que estas van a perder valor, es decir, se ahorre en la divisa que se ahorre, con el tiempo esta acumulación va a valer menos, lo cual hace mucho más interesante activos como las acciones o la muy arriesgada inversión en criptomonedas.
Índices como el Dow Jones han experimentado un gran crecimiento desde su creación, hasta tal punto que durante los últimos treinta años ha multiplicado su valor prácticamente por diez, aunque también han sufrido importantes descalabros como el ocurrido durante la crisis de las subprime, cuando el popular índice perdió en un año casi la mitad de su valor, dado que si se invierte en el momento inadecuado no sólo no habrá puesto el dinero en un valor seguro, sino que se perderá gran parte de lo invertido, al menos de forma coyuntural.
Otros importantes índices para invertir en acciones son el Nikkei 225 japonés, el Eurostoxx 50 que recoge a las cincuenta empresas más importantes de Europa como el gigante de la aeronáutica Airbus o Inditex, empresa matriz de la cadena textil Zara y por supuesto el S&P 500 o el Nasdaq 100, índices en los cuales cotizan empresas como Apple, Tesla o Amazon. Aunque nada garantiza el retorno de la inversión o el logro de beneficios lo cierto es que las acciones pueden ser una forma de invertir con menos riesgos que activos como las criptomonedas, además de que en el caso de algunas acciones se generan dividendos, en cuyo caso se obtendrían beneficios sin necesidad de vender el principal, siempre que la situación económica sea propicia.
Para invertir en acciones no sólo existen los índices bursátiles, dado que también se puede realizar trading de acciones con apalancamientos mediante un bróker regulado en Latinoamérica, aunque hay que decir que con la herramienta del apalancamiento se debe ser muy cuidadoso, ya que implica un riesgo alto para el capital además de que no se adquiere el activo, sino que se especula con los movimientos del mismo.