- Emprendimiento
Con el desempleo en aumento, muchos han tenido que buscar alternativas rápidas para generar ingresos en medio de una crisis económica causada por la COVID.
- Ana Quinchoa
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- ana_cris07
Si bien, el emprendimiento siempre ha existido, la actividad ha aumentado a nivel mundial, impulsada por la crisis sanitaria de la COVID-19 que provocó desempleos, contratos suspendidos o jornadas reducidas, por lo que muchos tuvieron que buscar otras alternativas para generar ingresos y llevar el sustento a sus hogares, más por necesidad (la creación de un negocio para generar ingresos de forma inmediata) que por oportunidad (donde desarrollan ideas de un producto o servicio que cubre las necesidades de un mercado).
Veintidós de cada cien panameños en edad productiva están emprendiendo, de acuerdo con una encuesta de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), quienes se encargan de medir el emprendimiento a nivel mundial, a 2 mil 24 personas de población adulta en Panamá. En los resultados obtenidos en el GEM 2019, se mostró que esta vez fue de un 22.7 por ciento con mayor alcance de emprendimientos, versus el resultado que marcaba el 2018: solo un 14 por ciento.
Vender legumbres, comida, ropa, fantasía fina, artesanías, plantas, dulces... (trabajando de la mano del servicio a domicilio y de las redes sociales), fue el resultado de algunos emprendimientos que tomaron la iniciativa de ser sus propios jefes y generar ingresos, a través de algo que les apasiona o se les facilita desarrollar. Muchos de ellos, siendo profesionales en diferentes ramas educativas, aprovecharon la oportunidad que trajo la pandemia.
‘El emprendimiento es y seguirá siendo el motor del empleo. Nuestro futuro como país depende de nuestra capacidad para emprender’, explicó René Quevedo, consultor empresarial, experto en temas laborales.
De hecho, mencionó que la mayoría de los empleos generados en el país vienen de emprendimientos, sin embargo, es un tema que se tiene en un estigma social, según Quevedo, porque lo asocian con el empleo informal, ya que algunos emprenden sin registrar su negocio de manera formal, lo que provoca que no aporten económicamente al país.
Muchas veces, ese registro no se realiza por desconocimiento de quien emprende, explica el economista Olmedo Estrada. ‘Yo creo en el emprendimiento. Para el país es necesario, pero hay que decirle a esos emprendedores que el país necesita emprendimientos que se registren y que tengan toda la formalidad para recibir los beneficios de la economía’, dijo.
Exoneración de impuestos, respaldo económico para financiamiento, capital semilla, son algunos de los beneficios de quienes registran sus negocios.
Una oportunidad
Para quienes deciden emprender, la pandemia no ha sido un obstáculo, sino más bien una oportunidad, pues, aunque un negocio requiere de esfuerzo, dedicación, compromiso y principalmente inversión, han sabido buscar la manera de conseguir el apoyo financiero; algunos lo obtienen con ayuda de amigos y familiares, y otros con la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), institución que ampara a los microempresarios en Panamá.
Un claro ejemplo es el de Melanie Marie Vargas, maquillista profesional, que en un momento de su vida tuvo que tomar la difícil decisión de renunciar a un trabajo formal donde tenía asegurada su quincena, un riesgo que tomó para generar ingresos por su cuenta, a través de algo que le apasionaba y hacía muy bien: maquillar. Inició comprando poco a poco los artículos y productos para maquillar. Al principio trabajaba con lo básico: brochas, sombras, labiales. Una porción de lo que ganaba lo ahorraba para luego equiparse con todo el kit necesario de una maquillista: silla, lámpara, etc. Ahora lleva cinco años dirigiendo su emprendimiento: @melmariemakeup, el cual está registrado de manera formal.
Ana Nieto, también es emprendedora personalizando diseños a través del color, lo que se conoce en el arte como sublimación. Inició en 2018 con una inversión aproximada de mil dólares para equiparse con todo el material necesario para trabajar en su emprendimiento: @subli_west, donde su principal apoyo siempre ha sido su familia. En 2019 logró formalizar su negocio y ahora es una de las páginas más reconocidas de sublimación en el área de Panamá Oeste.
A ciegas
Como todo, emprender no es tarea fácil, y muchos han tenido que iniciar prácticamente a ciegas, entre tropiezos, sobre todo, porque en el país es muy poco lo que se recibe cuando de educar sobre emprender se trata.
Precisamente, ante este panorama, en enero del 2020 se aprobó en tercer debate en la Asamblea Nacional el proyecto de Ley 106, que establece la enseñanza obligatoria de cultura empresarial y emprendimiento como eje transversal en asignaturas afines en los planes de estudio del sistema educativo panameño.
Para quienes educan, promover la cultura empresarial y de emprendimiento desde la escuela, será de ayuda para los más pequeños y jóvenes. El proyecto establece la enseñanza obligatoria de la cultura empresarial en el primer y segundo nivel de enseñanza en los centros educativos oficiales y particulares. Excluye, por asuntos de autonomía, el tercer nivel de enseñanza o educación superior.
"Algunas de las razones por la que la sociedad en que vivimos le ha dado gran relevancia al emprendedurismo son los altos niveles de desempleo y/o los bajos salarios que se dan a pesar de haber invertido mucho tiempo y recursos en la educación; además de que le da al individuo independencia y estabilidad económica. También juega un papel crucial en el desarrollo económico porque genera a su vez empleo y promueve la competitividad", detalla un párrafo del proyecto.
Se contempla que el Estado, a través del Ministerio de Educación (Meduca) destine los fondos para el desarrollo, evaluación y monitoreo de la enseñanza obligatoria de la cultura empresarial con los conceptos de emprendimiento.
Mientras, se sancionó en el país la Ley 186 de 2 de diciembre de 2020 que regula las sociedades de emprendimiento en la República de Panamá que simplifica los registros de los emprendimientos y estimula a los nuevos, con beneficios e incentivos fiscales que aseguran al negocio recién creado las condiciones necesarias para el éxito.
La legislación es aplicable a todas las actividades de emprendimiento innovadoras, indistintamente de su clase, llevadas a cabo dentro del territorio de la República de Panamá. También están comprendidos los emprendimientos que, sin ser innovadores, representan creaciones de valor o beneficio social y económico local, nacional o internacional.
En 2020, al menos 10,796 microempresarios encontraron nichos de mercado de los cuales viven, y se emitieron más de 30 mil nuevos Avisos de Operación, de acuerdo con datos compartidos por Quevedo, lo que demuestra el gran interés de emprender, pese a la crisis que se vive.
De hecho, ante el panorama de los emprendedores en el 2020, donde muchos emprenden por necesidad, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede) tuvo la iniciativa de crear el programa Recharge Panamá, con el fin de apoyar y convertir a 120 emprendedores en empresarios exitosos que generen más empleos y emprendimientos al país. El proyecto se realizará totalmente virtual durante cinco meses, a principios del año 2021.
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