Lun, 10/18/2021 - 16:32
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El Instituto Nacional de la Mujer, la ONG Move 2 Improve, el Comité Olímpico y el Municipio de Panamá están detrás de la iniciatia.
- Redacción Mujer
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Un grito de guerra al unísono retumba en el paupérrimo gimnasio de uno de los barrios más lujosos en Ciudad de Panamá. Son el medio centenar de mujeres, parte de ellas víctimas de violencia doméstica y de género, arrancando su clase de defensa personal para fortalecer el cuerpo y el "carácter".
"Paso, puño, puño, puño", así responden las mujeres, organizadas en filas, a la palmada de su entrenadora mientras avanzan con entusiasmo y lanzan golpes al aire.
Son las técnicas básicas de boxeo, taekwondo y krav maga (un sistema de lucha israelí), elegidas por el Instituto Nacional de la Mujer, la ONG Move 2 Improve, el Comité Olímpico y el Municipio de Panamá para impartir el curso los fines de semana de octubre.
"Existe un aumento de casos de menores de edad embarazadas y femicidios en Panamá, la seguridad de la mujer se ha puesto en peligro (...) queremos darle fortaleza y empoderamiento a la mujer", dijo la presidenta de la ONG, dedicada a promover el deporte en las panameñas, Carolina Joly.
Al rededor de 50 mujeres, 15 de ellas integrantes del programa estatal que brinda atención a víctimas de violencia, se enfundan las vendas rosas y moradas para pegar a las manoplas de las entrenadoras.
"Les estamos enseñando lo básico, que son los golpes como puñete, patada y rodillazo", explicó la entrenadora Lilia González.
Empoderamiento físico y psíquico
"Es un tema de empoderamiento físico de la mujer. Para nadie es noticia que a las niñas se les lleve al ballet y a los niños al karate. Por eso, hemos decidido apostar por la autonomía física", declaró la directora el Instituto Nacional de la Mujer, Nellys Herrera.
El taller también tiene un componente de "empoderamiento" psicológico para las mujeres, pues, como detalló la entrenadora González, "el deporte ayuda a liberar toxinas y a tener carácter" para que las asistentes aprendan que "ante una situación de peligro hay que analizar antes de reaccionar".
"Lo principal es buena actitud porque las mujeres de hoy en día no somos débiles, somos fuertes. Pero tenemos que tener carácter y actitud", agregó González.
Tras finalizar cada clase, las asistentes reciben charlas y consejos de profesionales que les estimulan a crear nuevos proyectos de negocios.
Según encuestas realizadas por la ONG en años anteriores, para medir el nivel de "felicidad y empoderamiento" al finalizar el curso, las mujeres obtienen resultados positivos al lograr "hablar en público, tener otras maneras de expresarse y atreverse a tener proyectos y negocios", determinó Joly.
El programa "salvavidas"
Hasta septiembre, según datos de la Fiscalía, hubo 13.013 denuncias por violencia doméstica en Panamá, un ligero aumento respecto al mismo periodo del año anterior, en el que se registraron 11.006.
En el caso de los femicidios —en los que se incluye el número de víctimas, tentativas y muertes violentas—, hay una disminución: hasta septiembre se registraron 16 víctimas mientras que en el mismo lapso de 2020 hubo 24, aunque Herrera apunta que los modelos de ataque "son más agresivos".
Herrera señaló que las tentativas "de femicidios se han triplicado a la fecha en comparación 2020-2021", así como se duplicó la cantidad de atenciones que el Instituto brinda, respecto a años anteriores.
"En los últimos cinco meses hemos atendido a 1.000 mujeres mensuales y duplicado la cantidad de atenciones", apuntó.
Según estadísticas del Instituto, hasta agosto dieron 7.706 atenciones, de estas 2.447 ingresaron por primera vez y 5.259 están en "seguimiento".
"Por eso apostamos a que una mujer pueda ganar, a través de un curso que le permite cómo utilizar gas pimienta y autodefensa", explicó Herrera.
Desde el Instituto, están coordinando con la autoridades para impulsar el uso de gas pimienta como una herramienta de protección adicional, a pesar de que ese producto es de venta libre, según detalló.
"Una de las situaciones que nos llevó a ser parte de esta alianza fue la historia de una de las víctimas. Se quitó la mascarilla y me señaló la cara donde tenía placas porque su esposo le desfiguró el rostro", relató la directora.
"Nos contó cómo seis meses después esa persona (esposo) regresó y ella pudo salvar su vida y sabía dónde golpear. Son historias que marcan", describió Herrera. EFE