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La gerente de marketing, Marianne Davis, habla sobre el reto y la responsabilidad de ser mujer en un alto puesto dentro de una industria dinámica y competitiva, velando por el desarrollo y crecimiento de diversas marcas.
- Redacción Mujer
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La familia es la base de la sociedad. Y la ejecutiva Marianne Davis es fiel ejemplo de ello. Haber nacido en el seno de un hogar numeroso (sus abuelos paternos tuvieron más de 10 hijos, y sus abuelos maternos 7) marcó su vida y define a la mujer de hoy, esa que en 2014 emigró sola de su natal Venezuela para probar suerte en Panamá, y que hoy ocupa un cargo con muchas responsabilidades, especialmente en medio de una pandemia.
La educación también ha sido un pilar muy importante en la vida de Davis, actual gerente de marketing y trademarketing en Papelera Istmeña. Estudió 14 años en la Academia Merici, un colegio católico donde el lema principal es SERVIAM e inculcaban a las niñas la importancia del servicio a otros y la preocupación genuina por ser siempre mejor ser humano, y en especial, ser mujer. Para su vida profesional se inclinó por la carrera de Comunicación Social, soñando ser la reportera de un noticiero, y aunque tuvo una corta experiencia siendo reportera de la fuente judicial para un vespertino, decidió irse por el mundo corporativo.
"Todo esto es la base de quien soy hoy, repito los dichos o refranes de mis abuelas, me parezco a ambas en carácter, en ese “echar pa´lante” de mujer; pero a la vez, soy divertida como mis tías, y de mi mamá tengo esa disciplina por el dinero y la importancia de saber ahorrar. La figura femenina o maternal me ha acompañado siempre", expresa.
A nivel personal, Marianne se define como una persona súper sensible, al punto que en su casa le decían "florecita del campo, que la tocas y se siente". Ella, parte de que el ser humano es bueno y noble, y procura entregar su confianza y corazón a todos sus amigos , familia y pareja.
Marianne es una apasionada del mar, hacer yoga, disfrutar de un buen chocolate, y de sonreírle a la vida. "El buen humor es algo que está en mi espíritu y que me ha permitido afrontar los malos ratos de la vida", menciona. Su filosofía es que "la vida es un ratito, y el tiempo que Dios destine que estemos aquí, quiero vivirla al máximo. Sin arrepentimientos, sin temores, disfrutando al máximo los pequeños momentos de felicidad".
Conversamos con la mujer detrás del cargo de gerente, sobre el reto y la responsabilidad de ser mujer en un alto puesto dentro de una industria dinámica y competitiva, velando por el desarrollo y crecimiento de diversas marcas.
Recurro mucho a colocar alarmas, eso me ayuda a tener rutinas, y respetar mis horarios. Me encanta trabajar, pero también disfruto enormemente estar al aire libre disfrutando desde una buena caminata, una reunión con amigos o salir a cenar con mi esposo.
¿Cómo ha impactado la pandemia tu vida, tu trabajo, y cómo logras sobrellevarlo?
La pandemia ha venido para trastocarnos a todos, y recordarnos que no todo lo podemos controlar. Para mí el mensaje más revelador, sin duda, ha sido valorar la libertad, algo que daba por sentado. Que te digan que debes permanecer en casa, ha sido lo más difícil.
Tengo una amiga super querida, que vive en Bali y es instructora de yoga. Ella ha sido un balance increíble para mí en este tiempo, me da clases dos veces a la semana y es un espacio sagrado de conexión, ejercicio y fuerza. Somos mujeres de varios lugares: Panamá, Canadá, México, Venezuela y se ha convertido en una cita virtual de amigas.
Las marcas para mantenerse vivas, deben siempre escuchar a su consumidor. Ellos son nuestra fuente, no solo de ingreso, sino de ideas, tendencias, gustos... Y todo los que nos dicen es fundamental para hacer crecer a las marcas.
Parte de lo que nos revelan actualmente las tendencias, en esta nueva realidad que nos tocó vivir, es que la salud se convirtió en un tesoro super preciado. Las marcas deben velar por garantizarle a sus usuarios la tranquilidad de consumir seguro.
He tenido la suerte de tener jefes que se han dedicado a darme espacios para crecer profesionalmente. Pero, sin duda, la base de mi educación familiar y académica, siento que fue muy fuerte y sólida. Eso, junto con la sinceridad y tenacidad, creo que son mis pilares para crecer.
A nuestro mundo aún le falta mucho por la equidad de sexo. Alguna vez en otro empleo me he sentido disminuida como mujer y como ser humano, recuerdo era muy muy joven. Lo que hice en esa ocasión fue denunciar acoso laboral con un jefe superior, pero no se tomaron las correcciones, y finalmente decidí no seguir en esa empresa. Lamentablemente, a veces toca vivir esa mala experiencia, para saber cuáles son tus límites y que nadie puede vulnerarte en ningún sentido.
De esa mala experiencia, aprendí, más que nunca, a poner límites, a decir ¡ no! , y hacerlo de forma enfática para que no haya dudas.
Las mujeres son capaces de todo. Debemos reafirmarnos como fuertes e inteligentes, y decretar nuestra prosperidad en todo ámbito. Es importante capacitarse, leer, y sobre todo hacer lo que te gusta. Cuando trabajas por pasión y haciendo lo que amas, cualquiera sea tu rama de profesión, todos te tomarán en cuenta.
La familia es la base de la sociedad, y sin querer sonar a cliché, los valores desde casa son lo principal. Debemos decirle a nuestras niñas que son capaces, que son inteligentes y que son bellas rompiendo cualquier molde impuesto de belleza.
Eso es la base para construir una autoestima sólida y que se convierta en tu principal carta de presentación. Una mujer capacitada y segura, refleja belleza e inteligencia más allá de los estándares, y eso es lo que rompe cualquier barrera.
Nunca olvidarse que las mujeres aportamos sensibilidad, feminidad, alegría. No pensar que debemos parecernos o competir con los hombres, ambos somos necesarios y brindamos el equilibrio perfecto para que las compañías se desempeñen.
¿Qué valor diferencial puede aportar una mujer desde un cargo ejecutivo de mercadeo?
Mercadeo es un área de constante cambio, se necesita entender las tendencias, al consumidor, al entorno. Las mujeres contamos una sensibilidad especial, lo que unos llaman sexto sentido. Eso nos hace más intuitivas para estos cargos.
¡Tengo todo lo quiero y más! Tengo salud, una familia que me ama y yo a ellos, un esposo que me ama como soy.
A todas las mujeres: debemos apoyarnos entre nosotras, aprender a ser más empáticas, no juzgarnos por físico, o por estándares de la sociedad. Las mujeres somos capaces de todo, no existe nada que nos detenga.
Somos privilegiadas porque somos las que damos vida a otra personita. Pero con los privilegios vienen los retos, y debemos empoderar y enseñar a nuestras niñas a ser libres, a tener sus opiniones, pero por sobre todo, amar y cuidar a su entorno.
Las mujeres jugamos un rol fundamental en la sociedad, como hijas, esposas, estudiantes, profesionales o madres. El rol que decidamos desempeñar somos fuente de luz, feminidad e intuición, y eso nos hace valiosas.
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