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Esta afección crónica entre un 5% y un 10% de la población infanto – juvenil. Se caracteriza por dificultad para mantener la atención, inquietud motora y conducta impulsiva.
- Redacción Mujer
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¿Has notado que tu hijo no permanece quieto? ¿Empieza por hacer algo y no lo termina o es impulsivo? Si es así, es posible que padezca delTrastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA/H).
Pero...¿sabes qué es? El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad es una condición neurobiológica del comportamiento, que a simple vista no se ve. Esta afección crónica entre un 5% y un 10% de la población infanto – juvenil. Se caracteriza por dificultad para mantener la atención, inquietud motora y conducta impulsiva.
Desde la Fundación Valórate, dónde brindan programas de atención, apoyo a la comunidad y ayuda a niños y niñas con TDA-H para que puedan ejercer plenamente su derecho a la educación integral, nos hablan sobre este importante tema para identificar este déficit de atención e hiperactividad que muchos niños y adolescentes padecen.
R/ TDA/H son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, el cual es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades para mantener la atención inhibir y controlar el comportamiento.
¿Cómo se manifiesta? ¿Cómo identificarlo?
Las características principales del TDA/H incluyen la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. En algunos momentos, a todos los niños les cuesta prestar atención, escuchar, seguir instrucciones, mantenerse sentados y tranquilos o esperar su turno; sobre todo a nivel del preescolar y esto puede considerarse dentro lo normal. Pero en los niños con TDA/H, este tipo de dificultades son mayores, ocurren muy a menudo y generan desadaptación a nivel social, escolar, familiar y personal.
Los docentes son una parte importante en la detección del TDA/H, suelen ser quienes dan la primera voz de alerta, ya que están en una posición privilegiada para observar el comportamiento de sus alumnos, y poder referir a los padres para la evaluación con los especialistas. No existe una sola prueba que pueda diagnosticar que un niño padece o no TDA/H, por el contrario, el profesional necesita reunir información sobre el niño, su conducta y su entorno (familia y escuela), aplicar una serie de pruebas que le permita descartar otras dificultades que pudieran estar incidiendo en el problema o bien descartar condiciones físicas que puedan estar afectando al niño, a través de exámenes médicos, de audición y visión.
En las evaluaciones se debe considerar el historial familiar del niño e indagar sobre situaciones o eventos que pueden causar conductas pasajeras similares al TDA/H.
No es que pueda aparecer en distintas edades, el TDA/H es un trastorno que tiene una base neurobiológica, es decir que se nace con la condición. Sin embargo, el diagnóstico se da a partir de los 6 - 7 años, cuando el niño ya inició la escolaridad formal y se espera una mayor maduración cerebral que no se tiene antes de estas edades.
No es que hay una edad especifica en la que se deba diagnosticar TDA/H, pero al momento de evaluar se debe tener en cuenta la frecuencia, duración, variación situacional de los síntomas, edad de inicio (antes de los 12 años) y grado de repercusión en los diferentes ambientes de la vida del niño o adulto.
¿Cómo se trata clínicamente el TDA/H?
El tratamiento del TDA/H debe ser multimodal e individualizado, teniendo en cuenta al niño, a su familia y a la escuela; por la complejidad de sus síntomas requiere varios enfoques y la implicación de diferentes profesionales. El tratamiento debe incluir la psicoeducación al paciente, a su familia y a sus maestros; intervención psicológica para el entrenamiento de las habilidades de autocontrol, cognitivas, sociales y emocionales del niño; la evaluación con el médico especialista (paidopsiuiatría, neuropediatra) para determinar si se requiere intervenir con farmacología. En algunos casos, también se requiere intervención psicopedagógica o de otros especialistas como terapeutas ocupacionales, lo cual se definirá si adicional al TDA/H, el niño presenta otras dificultades.
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¿Qué complicaciones puede generar el TDA/H en el desarrollo del niño?
A pesar de que el TDA/H no tiene cura, los niños y adolescentes diagnosticados con esta condición pueden tener un buen pronóstico si reciben el tratamiento oportuno. Un niño o adolescente no tratado puede tener dificultades en la relación con sus pares, baja autoestima, alteraciones de conducta, fracaso y deserción escolar, propenso a consumo de sustancias, sufrir con mayor frecuencia accidentes.
¿Cómo evoluciona el TDA/H con el tiempo y crecimiento del niño?
El TDA/H es una condición crónica, es decir que acompaña a quien lo padece durante toda su vida. A lo largo del desarrollo del niño, los síntomas pueden cambiar, aumentar o disminuir; los síntomas de inatención suelen mantenerse a lo largo del desarrollo del niño, mientras que la hiperactividad y la impulsividad que están muy presente en los niños, suelen atenuarse en la etapa de la adolescencia y la adultez. La hiperactividad en la niñez suele ser motora y observable, mientras que en la adolescencia y la adultez se manifiesta en una sensación de inquietud interior.
¿Puede presentarse el TDA/H junto a otros trastornos?
Sí, a esto le llamamos comorbilidades y es muy frecuente en el diagnóstico del TDA/H, estudios señalan que es más común que el diagnóstico se presente comórbido con otras condiciones a que se presente solo. Los trastornos más frecuentes que suelen asociarse con el TDA/H son los trastornos específicos del aprendizaje, los trastornos de conducta, trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos del espectro autista, síndrome de Tourette.
¿Qué tipo de actividades se recomiendan realizar con un niño con este trastorno?
Todos los niños con o sin TDA/H se benefician de actividades que les permitan estimular su cerebro, pero en los niños con esta condición, actividades como fútbol, karate, béisbol, ajedrez, tocar algún instrumento, pueden proporcionarle además estructura y organización que suelen ser las mayores dificultades a las que se tienen que enfrentar. La actividad que se escoja siempre debe ser de agrado para el niño y no impuesta por los padres, puesto que además le ayudará a fortalecer su autoestima al sentir que puede ser exitoso en algo.
Una actividad que debe ser regla en todas las familias, es jugar con nuestros hijos, donde no solamente estrechamos los lazos afectivos, sino que fortalecemos la atención, la capacidad de seguir instrucciones y el autocontrol.
Consejos para padres que no saben cómo lidiar con un diagnóstico de TDA/H.
Los padres deben informarse acerca de la condición de su hijo, conocer de la condición les ayuda a aliviar la culpa que algunos padres pueden sentir, pues entienden que no es el resultado de una mala crianza y que el niño no es así porque quiere, sino que hay una explicación biológica para lo que está ocurriendo. Entender el comportamiento del niño, empatizar con lo que el niño también está sintiendo, ayuda a establecer una relación más fortalecida para afrontar las dificultades que se les presente.
Iniciar con los cambios a nivel familiar, desde crear rutinas, reglas y límites en el hogar, revisar aspectos importantes como la higiene del sueño, alimentación balanceada; pueden ser claves para el apoyo a niños con esta condición. El trabajo de los padres es fundamental para el éxito en el tratamiento del niño, por lo que involucrarse y seguir las recomendaciones de los especialistas puede mejorar el pronóstico.
El próximo 29 y 30 de junio, la Fundación Valórate tendrá un congreso dirigido a mamás, papás, docentes, psicólogos, y adultos con TDA/H.
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