Mar, 01/11/2022 - 15:10
- Familia
Conviértete en una protectora de la vida de tu hija adolescente con esta información.
- Redacción Mujer
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Los primeros grandes amores nacen en la adolescencia. Algunas de esas relaciones pueden volverse intensas, por lo que los padres deben estar atentos y observar si ese jovencito que frecuenta a su hija, pudiera convertirse en un potencial abusador o agresor.
La licenciada Maribel Serrano, trabajadora social que labora en la Policlínica Presidente Remón de la Caja de Seguro Social reconoció que la adolescencia, es una de las etapas más cortas del ser humano; no obstante, está entre las más difíciles y complejas.
Durante ese período dijo, las hormonas se agitan y se tiende mucho a idealizar, soñar y creer que la vida se les está yendo, por lo que buscan vivir y experimentar, al estar activa la curiosidad.
A razón de esa inexperiencia detalló, que si una joven sospecha que no está siendo correspondida en cuanto a sentimientos, por quien es objeto de sus afectos, podría hasta pensar que se puede morir de la tristeza y cegada por lo que significaría ese pronóstico, ser capaz de ceder o dejar pasar por alto acciones, que pudieran dejar secuelas que le marquen por el resto de su vida.
La trabajadora social indicó que ante esos hechos, se debe orientar y estar alerta para descubrir si su hija pudiera estar en ciernes de una relación tóxica con visos de violencia.
Agregó que las chicas en esas edades, pudieran no darse cuenta si el noviecito es dominante u autoritario.
Entre las señales que los progenitores deben hacerles conocer es que no es correcto y que deben apartarse por su bien de un joven, si este le quiere dar órdenes, opinar sobre cómo se debe vestir o en cambios en su aspecto físico, por ejemplo, si ella se desea cortar o no, el cabello.
Afirmó que también deben observar si hay signos de dominación, gritos o comentarios hirientes para disminuir su autoestima.
Los padres deben afírmales que por muy novelescas que parezcan frases como "si no eres mía no eres para nadie", estas no son correctas y que ese comportamiento no es el adecuado para dirigirse a ella.
“Otros comportamientos inadecuados es cuando el chico se siente con el derecho de cuestionar la hora en la que llega o sale, si busca controlar quienes son los amigos o hacia donde puede ir”, destacó.
La profesional hizo énfasis en que la violencia tiene muchas aristas, y que hay adolescentes que comienzan a experimentar con drogas y alcohol y que una las manifestaciones que tienen estos vicios, es la agresividad.
Añadió que los consumidores de estas sustancias tienden a ser manipuladores y que si comenzó a notar que ese chico es posesivo, mirar en la parte física si sus ojos están frecuentemente rojos y si a la ropa está impregnada con olores particulares, como el de la marihuana.
Por ser las figuras que representan el amor, la seguridad y el ejemplo a seguir, tanto el padre como la madre deben reafirmarles que ellas son las dueñas de sus decisiones, que se deben encaminar a alcanzar sus objetivos en la vida, donde la preparación emocional y académica, es fundamental.
Precisó que el hombre debe ser un compañero idóneo y que entre sus principales cualidades está el que las valore y las trate bien.
Concluyó que si como padres descubren que su hija es o ha sido víctima de algún tipo de maltrato que busquen sin dudarlo ayuda profesional, para que se rompa ese ciclo que le pudiera afectar el resto de su vida.