Jue, 09/13/2018 - 13:15
- Mente y Cuerpo
Aprende a identificar los signos de riesgo cuando una persona es adicto a las TICs.
- Marine Peyronnet
- consultorio@epasa.com
- @PsicologaMarine
- lapsicologafrancesa
Las redes sociales, como nosotros comúnmente las llamamos, o las TIC (tecnologías de la información y comunicación), como las han denominado los profesionales, están en nuestro día a día con el objetivo de facilitarnos la vida en nuestra interacción. Pero en la última década se han resaltado también las diversas complicaciones que surgen a raíz de su uso o abuso.
Estas poderosas herramientas que nos proporcionan comunicación, información y diversas conexiones, también son fuentes de placer y ocio, pero además, de altos niveles de ansiedad, impulsividad, doble identidad y, en casos más complicados, conductas de adicción.
¿Quiénes son los más afectados? Se habla del gran impacto que causa el uso de la tecnología en los más pequeños, como la baja tolerancia a la frustración, falta de regulación emocional, problemas de atención, retraso en el lenguaje o carencias en la socialización. En los adolescentes, mencionamos cómo el mundo virtual contribuye a construir una falsa identidad, negando la imagen de sí mismos en el mundo real y siendo víctimas en ocasiones del “phishing” (suplantación de identidad), acoso cibernético, aislamiento social y una pobre autoestima, buscando en los “me gusta” y los sistemas de puntajes algún reforzamiento positivo de que son individuos valiosos en la sociedad.
Por otra parte, poco se dice del impacto que tiene la tecnología en la vida de los adultos, para quienes resulta ser una herramienta útil al momento de mantenerse en contacto con los demás o mejorar su desempeño laboral. Pero también notamos rasgos adictivos, pues los adultos no terminan de desconectarse por las noches por mirar el Whatsapp y revisar el último e-mail, o desde muy jóvenes se inician en juegos “online”, que desenlazan en una ludopatía, así como en la facilidad de acceder a contenidos, que a la vez van afectando sus relaciones sociales, ya que se van aislando de lo ordinario.
Las amenazas a la vida personal también son algo real: los fraudes bancarios o de identidad son cada vez más comunes.
Signos de riesgo
Los hijos, en gran parte, solo modelan conductas, y está en los adultos la responsabilidad de mostrar la autorregulación. Es importante destacar que las conductas no son patológicas hasta que afectan otras funciones del individuo o la vida de los demás.
Cuando hay un uso excesivo de las TIC, los siguientes signos de riesgo indican que puede ocurrir un problema: irritabilidad al estar desconectados, no poder esperar, falta de control ante situaciones del día a día, bajo rendimiento en el trabajo o escuela, dependencia excesiva en tener que estar conectados y problemas de atención, sueño o memoria.
También existe una situación de cuidado cuando se observan respuestas de euforia o activación excesiva e irracional en la computadora o el celular, en especial en los videojuegos, al igual que desinterés por otras actividades vitales, sociales, físicas o simplemente “offline”.
Cuanto mayor sea la dependencia, mayor es la importancia de acercarse a profesionales, ya que así como en otras adicciones, “cortar de raíz” no será suficiente para corregir el problema que yace de trasfondo. Muchas veces, estas TIC se han vuelto la cortina de humo para no enfrentar situaciones vitales del desarrollo del individuo, como poder manejar el estrés, enfrentar problemas en el mundo real, confrontar los miedos o a su vez desarrollar las habilidades sociales necesarias para coexistir en un mundo donde cada vez parece más difícil ser feliz sin un “like”.
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