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Una crisis de salud mental puede producirse como respuesta a un trauma o a factores de estrés abrumadores que dificultan la vida cotidiana.
- Redacción Mujer
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Es natural que te sientas preocupado o incluso asustado cuando un ser querido está atravesando una crisis de depresión, pero puedes hacer mucho para ayudarle.
Una crisis de salud mental puede producirse como respuesta a un trauma o a factores de estrés abrumadores que dificultan la vida cotidiana. Enfrentarse a este nivel de angustia intensa puede, en algunos casos, llevar a pensamientos de autolesión o suicidio, aunque no todas las personas que lo experimentan llegan a pensar en quitarse la vida.
Un primer paso importante para ofrecer un apoyo compasivo es recordar que tu ser querido no eligió experimentar esta angustia. En resumen, una crisis de salud mental no es su culpa.
¿Otro paso importante para reconocer cuándo ofrecer apoyo? Conocer los signos de una crisis.
Algunos signos que pueden sugerir una crisis de salud mental son:
- Cambios rápidos de humor y mayores niveles de agitación
- Autolesiones
- Aumento del consumo de alcohol o drogas
- Aislamiento o retraimiento de los demás
- Psicosis, o pérdida de contacto con la realidad, lo que puede incluir alucinaciones o delirios
- Paranoia
- Incapacidad para realizar las tareas cotidianas y el cuidado personal básico, como comer, ducharse y dormir lo suficiente.
A continuación, encontrarás consejos de expertos en salud mental que puede utilizar para apoyar a alguien que lucha por superar la angustia y buscar atención.
- Ayúdale a contactar con especialistas: Si alguien de tu entorno ha expresado pensamientos relacionados con lastimarse a sí mismo o a los demás, o simplemente estás realmente preocupado por su salud y bienestar, puedes empezar por ayudarle haciendo que hable con un especialista.
- Ofrece distracciones: Davis recomienda ayudar a esa persona a encontrar una actividad que le distraiga, lo que puede crear cierta distancia mental de su fuente de angustia y ayudarle a mantenerse en el presente.
- Pregunta qué necesita: En lugar de dar por sentado lo que siente o lo que necesita de ti, simplemente pregunta. Por ejemplo, puedes pedirle: ¿Qué puedo hacer para facilitarte la vida en este momento?, ¿Hay algo que pueda quitarte de encima para que las cosas te resulten menos abrumadoras?, Me encantaría pasar un rato contigo: ¿hay algo en concreto que te hiciera sentir muy bien en este momento?
- Pregunta directamente sobre pensamientos suicidas: Puede dar miedo sacar el tema del suicidio, pero pregúntale siempre a esa persona si ha pensado en acabar con su vida. La idea de que hablar del suicidio puede aumentar el riesgo de un intento es un mito. De hecho, los expertos han descubierto que hablar del suicidio puede reducir los pensamientos suicidas y mejorar el bienestar mental.
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