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Los integrantes de la Selección de Fútbol para Amputados de Panamá demuestran en cada juego que tener una amputación no es motivo para dejar de hacer lo que les apasiona; además, son motivo de admiración.
- Ana Quinchoa
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- ana_cris07
Con muletas y detrás de un balón de fútbol con toda la energía; así son las prácticas de los jugadores de la Selección de Fútbol para Amputados de Panamá, quienes demuestran que ser personas con una discapacidad física, concretamente una amputación, no es un obstáculo. En cada entrenamiento se puede sentir la admiración entre los asistentes que los ven jugar.
En nuestro país, este deporte adaptado no es tan popular, incluso, algunas personas lo desconocen por falta de promoción, de acuerdo con los propios integrantes de la liga, pero la realidad es que desde el 2018, Panamá cuenta con la primera y aún única liga para amputados, fundada por Luis Espinosa, quien también tiene una amputación de una de sus piernas.
A nivel internacional, este deporte es bien conocido y valorado profesionalmente, tanto, que existen campeonatos donde Panamá ya se ha hecho presente, por ejemplo, en la Copa Centroamericana realizada en Costa Rica, donde su participación fue histórica, porque el equipo ganó su primer juego ante Honduras, situación que no se había visto nunca (que un equipo nuevo le ganara a otro con más experiencia en su primer juego), según le comentaron algunos expertos en el tema a nuestros jugadores panameños en aquel momento.
Para pertenecer a esta liga de fútbol, los requisitos son básicos. El primero es tener las ganas de practicar este deporte y segundo, tener una amputación de una pierna o de ambas, pero utilizando una prótesis en una de ellas. En el caso de los porteros, tener una amputación de uno de los brazos, muñeca o dedos de alguna mano. La edad no es tan importante, pues en el equipo hay diferencia de edades.
‘La discapacidad está en la mente’
“La primera discapacidad está en la mente, y es la que se debe sobrellevar”, dice el jugador Jorge Salgado de 39 años, a quien no se le hizo difícil ingresar a esta liga, ya que se considera una persona muy competitiva, además el apoyo de su esposa e hijos ha sido importante, sin embargo, comprende que para algunos no es fácil, porque al principio se tropiezan con las muletas, pero con el tiempo y la práctica van desarrollando cierta agilidad y destreza a la hora de jugar.
Ser parte de un equipo no es algo nuevo para Salgado, pues inició en el 2008 con el deporte en silla de ruedas [dos años después de su amputación, que fue producto de la infección “Klebsiella Pneumoniae Carbapenemase (KPC)”], también ha participado en torneos de balonmano, y ahora se sumó al fútbol para amputados. Antes de su amputación, Jorge desconocía el fútbol para amputados y solo practicaba deporte de manera recreativa, en cambio, ahora lo hace profesionalmente.
Por su parte, Aristides Guevara de 38 años, inició en la liga hace dos años, de hecho, menciona que todo fue por casualidad, porque su amigo, Luis Espinosa (actual dirigente de la liga), lo invitó a participar a un juego que realizarían ante un equipo femenino en la Cinta Costera. Guevara dudó al principio, por la diferencia de edad de los demás jugadores, ya que se notaban más jóvenes que él, sin embargo se arriesgó, y desde entonces forma parte de la liga.
La pérdida de su pierna izquierda fue por pisar una mina, pues él y sus compañeros estaban en un patrullaje en el área fronteriza con Colombia, e ingresaron a un campamento minado, sin saberlo.
"Después de mi amputación, jamás pensé que volvería a practicar algún deporte, pensé que mi vida deportiva y física había acabado en ese momento, no veía la posibilidad de cómo hacerlo, pero ahora que formo parte del deporte adaptado, sé que hay muchas maneras de hacer deporte para las personas con discapacidad", expresa.
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Uno de los más jóvenes del equipo es Pedro Martínez de 23 años, quien cuenta que después de su amputación, al igual que Guevara, nunca se imaginó practicar fútbol, ni mucho menos que formaría parte del primer equipo de fútbol para amputados. Es más, antes de la amputación nunca había tocado un balón, debido a la condición que tenía (nació con un lipoma en la columna vertebral, que debido a un problema que hubo en la operación, lo llevó a perder una de sus piernas).
Su familia y amigos lo admiran mucho, según cuenta (con una sonrisa en su rostro), porque regularmente las personas piensan que cuando alguien pasa por una amputación, se desaniman al no tener una de sus extremidades, pero "siempre me ayudan y me dan ánimos para seguir", comparte.
A la hora de jugar, lo más difícil para Martínez es correr de espalda, tanto para él como para algunos compañeros, porque no saben dónde van a pisar o si se van a caer de espalda, pese a ello, al verlo en la cancha dominando el balón en la Cinta Costera, se logró percibir que tiene mucha habilidad, e incluso sus compañeros y dirigente de la liga, lo describen como una persona talentosa y que se adapta rápido.
Los retos unieron al equipo
La iniciativa de formar un grupo, comenzó con la creación de una organización sin fines de lucro llamada Amputados Pty 507, cuenta Luis Espinosa, dirigente de la liga, con la idea principal de enfrentar retos, orientar y apoyar a las personas que pasaban por una amputación, brindando consejos y ánimos a quienes lo necesitaban para afrontar la vida después de la pérdida de una de sus extremidades.
Además, subir el Cerro Ancón, el Cerro Picacho en San Carlos y las Tres Cascadas en Boquete, son algunas de las actividades de retos que han realizado como equipo, donde en cada expedición son acompañados por el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
En cuanto a la creación de la liga, surgió de la nada, dice Espinosa, porque solo se le vino a la mente: “¿por qué no jugamos fútbol?”, y en ese entonces no sabía que existía el deporte adaptado internacionalmente, por ende, en su primera “birria”, algunos jugaron con muletas y otros con prótesis, porque desconocían las reglas.
Sin embargo, las reglas profesionales permiten el juego solo con muletas, donde ninguno puede tocar la pelota con las muletas (voluntariamente), pues se cobra mano, en caso de ser involuntario, no pasa nada; y si el jugador usa las muletas contra alguno de sus compañeros, significa penal o expulsión. El partido consta de dos periodos de 25 minutos cada uno, donde los cambios son ilimitados.
Espinosa dice que el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) siempre los ha apoyado, pero lo que hace falta es un poco más de promoción en general en los medios de comunicación, para que este deporte adaptado sea más conocido a nivel nacional.
El mensaje de todos los integrantes de la liga, incluyendo al dirigente, es que las personas que tenga algún tipo de amputación se animen a formar parte del equipo, que no tengan pena, que sigan adelante, que exploren nuevas experiencias y que los contacten a través de la cuenta de Instagram Amputadospty, para que vean que la vida no ha terminado, ya que muchos piensan que después de un accidente donde quedan con movilidad reducida o con una amputación, no pueden practicar deportes, pero es todo lo contrario, ya que hay muchos a nivel internacional, incluso en los juegos paralímpicos.
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