- Mente y Cuerpo
Estar al tanto de cómo nos vamos sintiendo en el día a día empieza a tomar más sentido que nunca para poder hablar con las personas de manera armoniosa y eficaz.
- Gabriela Zelaya
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El aislamiento social ha sido una situación totalmente nueva para nosotros, esto ha tenido consecuencias notorias, tanto buenas como malas.
Hemos aprendido nuevas formas de comunicarnos como también hemos tenido muchas barreras en la comunicación que hacen más difícil expresar aquello que queremos decir. Hemos tenido intentos de conexión afectiva de forma virtual, a pesar de la distancia, siempre con las mismas ansias de querer expresar algo.
También han surgido sentimientos de frustración por el encierro, miedo e incertidumbre; enojo de sentirnos muchas veces impotentes o disgusto por lo incontrolable, así como esperanza de las nuevas oportunidades.
Cualquiera que sea la emoción, se nota mucho más a la hora en la que hablamos y también en la que actuamos. Ser conscientes desde dónde estamos comunicando, desde la emoción que estamos sintiendo en ese momento juega un papel muy importante para poder llegar a la asertividad; porque cuando sabemos de dónde viene eso que queremos comunicar, guardamos y tenemos más cuidado en cómo lo vamos a decir. Es por eso que estar al tanto de cómo nos vamos sintiendo en el día a día empieza a tomar más sentido que nunca.
Pero, ¿por qué pueden estar estas emociones a flor de piel en la comunicación? A mi parecer, estamos experimentando una pérdida de control, estábamos acostumbrados a tener cierto dominio sobre nuestras vidas, sobre lo que hacíamos y lo que decidíamos no hacer; ahora hay decisiones que no podemos tomar, todo nos cambió de un día para otro y esto puede generar mucha angustia. Es un gran cambio, totalmente inesperado.
Al no saber identificar y gestionar las emociones que estamos sintiendo se nos hace mucho más fácil poner esas emociones en el otro y sacarlas de nuestro sistema quizás hiriendo, violentando o poniéndonos muy a la defensiva.
Sin embargo, quiero destacar que el Covid-19 y la cuarentena no solo han sacado la peor parte de nosotros, también han sacado la mejor. Hemos comunicado desde la esperanza, la solidaridad y la empatía hacia las situaciones de los demás; muchas empresas, fundaciones y personas han hecho actos solidarios hacia otros que ni siquiera conocen. Esto nos deja ver que en una situación de crisis no solo comunicamos desde lo agresivo, sino también desde el amor. Tal vez estas personas no tengan que hablar demasiado, muchos de ellos no se han dado a conocer en sus donaciones, pero con sus acciones siguen comunicando un mensaje de esperanza y de optimismo.
Con lo que respecta a la familia, puede ser un camino difícil; pero comunicamos más que antes, ya no por el chat de la familia, sino en persona. Empezamos a conocer cómo reaccionan hacia situaciones difíciles y cómo podemos hacer de este espacio un mejor lugar. Es importante, además de estar conscientes desde dónde nosotros estamos comunicando, también ser conscientes desde dónde el otro me está comunicando y entender el porqué de la forma de hacerlo en ese momento.
En estos tiempos de cuarentena comunicamos para expresar y conectar con cómo nos sentimos y con el cómo se siente el otro.
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