- Emprendimiento
El precio que puedes pedir por un negocio que empezaste va a depender de muchísimos factores, empezando por facturación anual y márgen de ganancia. Pero también existen otros elementos que influyen en el precio.
- Studio Camelia por Patricia Villanueva
- patriciaivillanuevam@gmail.com
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Toda emprendedora empieza un negocio llena de ilusiones y planes a futuro. Sin embargo, a medida que pasan los años puede ser que nuestras circunstancias cambien.
Aquello que nos llenaba de ilusión ya perdió esa chispa o que nuestra vida haya tomado otro giro, por ejemplo, nos mudamos de ciudad, nos casamos o divorciamos, conseguimos trabajo, vemos otras oportunidades o culturizar sinnúmero de razones que existen para que lo que alguna vez fue un negocio soñado hoy se convierta en un activo que quieras vender.
El precio que puedes pedir por un negocio que empezaste va a depender de muchísimos factores, empezando por facturación anual y márgen de ganancia. Pero también existen otros elementos que influyen en el precio.
Lo bueno es que tienes la posibilidad de tomar el control y trabajar en todos aquellos aspectos que se requieran para maximizar ese múltiplo que representa todo tu esfuerzo y creatividad a través de los años.
Leer más: ¿Cómo puedes lograr convertirte en una influenciadora?
Poner el negocio en orden óptimo para la venta toma su tiempo pero con la lista que te paso puedes empezar esta misma semana con un plan de acción.
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Documenta: Cualquier inversionista va a querer ver que tengas estos procesos en marcha pues deben comprobar que el negocio es una entidad separada de su fundador y que no depende de una sola fuente.
Utiliza la "Regla de 3" y empieza a documentar cualquier procedimiento que hagas más de tres veces y que tengas más de tres pasos. Si te pones a pensar, es realmente cualquier cosa dentro de un negocio. Por ejemplo, debes documentar desde cómo se contestan, se pasan las llamadas y se dejan mensajes, como se ingresan clientes a las bases de datos, como se factura, como se cobra, como se crea el producto, como se realizan las órdenes de compras, como son los procesos.
Si no tienes procesos y sistemas, no tienes un negocio. Lo que tienes es un trabajo y nadie compra eso.
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Justifica tus gastos: Revisa los gastos mensuales y anuales de tu empresa. Muchos negocios pequeños ni siquiera tienen estados financieros en orden y solo cumplen con el mínimo para presentar ante las autoridades. Siéntate con tu contador o revisa tus estados de cuenta y de tarjeta de crédito y cataloga los gatos de tu empresa.
Mira en qué categorías gastas e imagina que debes defender los gastos ante posibles inversionistas o compradores. Esta actitud hará que replantees cómo distribuyes el dinero y que analices realmente que te está dando resultados y puedes considerar como inversión y que deberás recconsiderar.
Por ejemplo, en una tienda de ropa que tenemos www.presentperfectshop.com me he dado cuenta que gastamos demasiado pautando con ciertos influenciadores mientras que obtengo 5 veces mejores resultados con pauta en Facebook.
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Baja tu deuda: Entre más baja sea la deuda de tu empresa más alto podrá ser el precio de venta. Es decir, los compradores podrán tener más campo para mejorar tus números y podrán refinanciar. Es así como ellos ven el negocio y te ofrecerán más por tu empresa.
Cada industria maneja la relación entre ingresos y deuda de una manera distinta, pero trata de que la deuda sea menos del 40% de los ingresos de la empresa. Es decir, por cada $100 que entren en flujo al mes, al menos $60 deben estar libres de deuda de cualquier índole. Esto es solo una estimación y todos los negocios son distintos pero por regla general, si puedes trabajar con el flujo del negocio más valioso es para los inversionistas o futuros compradores.
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No tengas un solo cliente dorado: Procura que tu negocio no tenga ningún solo cliente responsable del 15% o más de la facturación. Esto hace que la empresa sea demasiado dependiente y se incrementa el riesgo. Para evitarlo, debes procurar que la cartera sea completamente diversificada tanto en la composición de los ingresos como en la industria de donde vienen los clientes.
Los tiempos cambian y estamos expuestos a todo tipo de circunstancias. Imagina una empresa que solo presta servicios de consultoría a restaurantes y de repente, de la nada llega la pandemia y todos sus clientes tienen que cerrar de la noche a la mañana. No es de esperar que esta empresa perdería también el 100% de su facturación al instante. No está mal enfocarse al principio en un solo tipo de cliente pero a medida que el negocio se va consolidando, debes buscar la manera de balancear entre clientes y tipos de industria para contrarrestar los riesgos que siempre muestran los mercados.
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No tengas una sola plataforma: Al igual que el punto anterior, debes diversificar la forma en que obtienes tus clientes. Si ves que más del 50% de tus clientes viene de Instagram , debes replantearte la forma en que atraes clientes pues como todos sabemos, estos seguidores no son tuyos sino de nuestro querido amigo Mark. Trata de tener otras redes sociales , reutiliza el contenido para mostrarlo a otros públicos, apóyate en herramientas para publicar, compra plantillas, busca aliados y comunidades pero no te quedes en un solo lugar pues nunca se sabe si mañana amaneces con cuenta.
Otra opción es tener algún tipo de descargable para tus seguidores y pedir su correo a cambio de que se los envíes. Me gusta utilizar Active Campaign o Survey Monkey para manejar los correos de mis seguidores y tratar de convertirlos en clientes.
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Presupuesto: Tienes que tener un presupuesto anual revisado semanalmente. Si quieres vender tu empresa en el futuro tus números importan- y mucho. Debes saber proyectar lo que vas a generar y lo que vas gastar en los próximos 12 meses e ir apuntando la realidad del negocio. Entre menos variación haya entre lo proyectado y lo que sucedió más se valorará tu negocio pues estarán en posición de proyectar ingresos netos futuros y esto es lo que un inversionista valora con múltiplos
Espero haberte podido ayudar con estos consejos para poder potenciar ese precio de venta de tu negocio.- Y aunque tu plan no sea venderlo, te aseguro que lograrás un mayor retorno y paz mental al implementar estas acciones. Recuerda, lo que no se mide no crece.
Te deseo todo lo mejor.
Patricia Villanueva