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Esta acción evitará impactos con veleros que, por razones desconocidas, se han multiplicado en los últimos años.
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Una de las aproximadamente sesenta orcas que viven en las aguas españolas, especialmente en el Estrecho de Gibraltar y la costa gallega, ha asumido la misión de llevar incrustado en su aleta dorsal un mecanismo para alertar de la zona donde están, para ayudar a evitar los impactos con veleros que, por razones desconocidas, se han multiplicado en los últimos años.
El marcaje satelital de esta orca ya ha permitido elaborar el primero de los mapas semanales que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico realizará a partir de ahora para que los navegantes puedan estar al tanto de dónde se ubican las familias de cetáceos y evitar transitar por ellas.
Es una de las medidas con las que se pretende minimizar el número de impactos de orcas a veleros que comenzaron a registrarse hace unos tres años y que han multiplicado las situaciones peligrosas para los veleros y sus tripulantes, especialmente en el Estrecho de Gibraltar y la costa gallega.
Este año ya van veinticuatro veleros rescatados.
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¿Un juego de crías?
Los episodios comenzaron a darse en el 2020 y desde entonces se repiten, sin que la comunidad científica se haya puesto de acuerdo para explicar este nuevo comportamiento de las orcas: ¿Un nuevo juego de un animal muy social que interactúa con lo que se encuentra? ¿Una venganza porque alguno miembro fue atacado? ¿Un entrenamiento de las crías para la caza de atún?
Lo que si parece claro es que las orcas se limitan a dar apenas "un pequeño toque" o mordisco a la pala del timón de los veleros.
Si su intención fuera atacar, las orcas, que pueden pesar desde las dos toneladas cuando son crías a las siete cuando son ejemplares adultos y suelen nadar a 50 kilómetros por hora, podrían hundir en un segundo las embarcaciones.
Según los expertos, son unos animales pacíficos, sociables y curiosos, que nunca han atacado a los humanos.
Los testimonios de algunos patrones de los veleros que han sufrido estos contactos han explicado que las orcas jóvenes pasaron por debajo de las embarcaciones, tocando el timón, mientras las orcas adultas se alinean a ambos lados del barco, como si estuvieran acompañando un juego de sus crías.
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