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Una exposición fotográfica realizada por niños y niñas que viven en los asentamientos fue la ocasión para lanzar la campaña de la organización TECHO PANAMÁ, que este año espera recoger $55.000 balboas; esta suma será destinada para continuar trabajando en cinco comunidades en Panamá.
Bajo el lente, familias, perros, casas y otros elementos del ambiente y las condiciones de quienes viven en los asentamientos. Así también, responden, Dulce Frau, Directora de Comunicaciones de TECHO Panamá y Ana Mireya Díaz Directora Social: "La idea del proyecto fotográfico surge como un medio para que quienes viven en la comunidad, puedan dar a conocer su realidad desde el punto de vista de sus niños/as..." y agregan, "De esta manera, se evidencia la vulnerabilidad en la que viven en los asentamientos, pero también los rostros de quienes lo construyen y habitan."
El resultado de aquel taller fotográfico fueron 40 fotografías en total que fueron expuestas el pasado 28 de abril en Arco Chato, en Casco Antiguo; y serán expuestas el 21 de mayo en el evento cultural Vía Plural (Av, Central) y el domingo 22 en el Mirador del Pacífico en Cinta Costera.
Buscando una oportunidad de vida
La primera imagen que viene a la cabeza cuando se menciona esta palabra -asentamiento- es la de un grupo de personas luchando para que no sean desalojadas. Así también en las noticias se toca el tema de los "terrenos invadidos". Sin embargo para TECHO, estos, son el resultado de un proceso de construcción de la ciudad regido por un mercado que excluye a la población de bajos ingresos. Está comprobado que las ciudades son el mejor lugar para vivir, prueba de esto es que el 80% de la población latinoamericana vive en ciudades (BID).
En cuanto a la percepción, una muy sesgada que parte de un análisis superficial de la realidad de los asentamientos informales. Una opinión cargada de prejuicios, que no aborda las causas de esta problemática que existe en Panamá desde hace décadas. Se estigmatiza a las personas que viven en asentamientos informales, sin realmente reconocer cuáles son las causas que generan la formación de los mismos. Existe muchadesinformación y discriminación, apuntan las representantes de la organización TECHO.
Las familias panameñas viajan al centro del país en búsquedas de las facilidades y oportunidades que la ciudad ofrece. Al no poder acceder a espacios formales de vivienda de calidad (la mayoría, al llegar viven en cuartos pequeños, con baños compartidos, hacinamiento y otras condiciones paupérrimas), se vuelve el asentamiento informal un medio para exigir el derecho a la tierra y la vivienda, explica TECHO.
"Más del 40% de los hogares de los hogares del área metropolitana no pueden pagar la vivienda más barata producida en el mercado formal", acorde a FOBUR (Foro y Observatorio Urbano de Panamá).
Esther Rodríguez reside actualmente en Burunga, Arraiján, hace tres años llegó a este lugar junto a su familia provenientes de Veraguas. Dentro de las razones de emigrar a la ciudad, "la falta de oportunidades y los requisitos bancarios para tener una casa de barriada". Su historia al igual que otras se multiplican entre quienes residen en los llamados asentamientos. Actualmente Esther es la líder comunitaria del lugar y está involucrada en todo lo que se refiere a mejoras en la comunidad, a tal punto es su compromiso que renunció a su antiguo trabajo ya que en este debía trabajar los domingos, un día especial en estas comunidades puesto que es en el que todos los vecinos trabajan las diferentes mejoras.
Para las representantes de TECHO Panamá, Dulce Frau (comunicaciones)y Ana Mireya Díaz (directora social), "las personas tienen la aspiración de un lugar en el cual puedan asentarse para cumplir sus sueños y metas de vida, acceder a mejores oportunidades y el asentamiento informal se convierte en muchos casos en la opción para poder hacerlo. Allí luchan por hacer valer sus derechos a la tierra, el hábitat y a estar conectados a los beneficios que brinda la Ciudad."
Según datos de ONU Hábitat, en 2012 el 24% de la población de América Latina y el Caribe residía en asentamientos informales. En lo que respecta a TECHO, las problemáticas son similares a lo largo y ancho de la región: “irregular o inexistente acceso a los servicios básicos como agua, alcantarillado y servicio sanitario; falta de infraestructura comunitaria apropiada y espacio público comunitario, deficiencias cuantitativas y cualitativas en la vivienda".
TECHO ha trabajado históricamente junto a 12 comunidades de las cuales tiene proyectos activos en: Huertos del Edén, Nueva Luz #2, Las Veraneras, Castilla de Oro y Valle de San Francisco. De acuerdo a las cifras, en Huertos del Edén, Las Veraneras y Castillas de Oro (las 3 en Loma Cobá, Arraiján) están conformadas por alrededor de 50 familias cada una. Nueva Luz #2, en el sector de Burunga, 150 familias. Valle de San Francisco, ubicada en Ancón, está dividido por sectores que, en total, superan las 300 familias.
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