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El periodista y escritor panameño aprovecha los 500 años de la Ciudad para revivir episodios y nombres olvidados de la capital
- José María Torrijos Legazpi
- jtorrijos@epasa.com
Las ciudades son la suma de sus personajes, episodios e historias. La ciudad de Panamá, la primera fundada en el litoral pacífico, cumplirá su quinto centenario el próximo 15 de agosto. Andrés Villa (periodista, escritor y especialista en temas turísticos) con su libro “Leyendas, cuentos y tradiciones. 500 años de la ciudad de Panamá”, aprovecha la fecha para, de una manera u otra, quitar el manto olvido que hay sobre tantas figuras populares y sucesos significativos que han forjado a la capital de este Istmo. Mujer conversó con Villa sobre su nueva obra; pero también, sobre su concepto de la ciudad, del folclore urbano, y de todo aquello que representa ser citadino.
El quinto centenario de la ciudad de Panamá, una fecha importante...
Es una gran fecha, cinco siglos. Venimos de descubrimiento, conquista, colonia, piratas....
Es una buena excusa también para escribir...
El panameño olvida su historia, por eso escribo el libro: recordar anécdotas, fechas, historias, personajes (quizás olvidados por muchos), y que el panameño recuerde que viene de un sitio especial. He escrito siete libros. Es un proceso que desemboca en este último. Me detuve, me senté, y empecé a recordar mi infancia: por dónde caminaba, qué hice. Siempre en mi ciudad. Entonces, van surgiendo los cuentos.
Pero hay que entender que éste no es un libro académico
Es mi opinión sobre la Historia. Yo en los cuentos utilizo ciertas argucias literarias y te voy contando la historia.
¿Dónde están las historias de la ciudad de Panamá?
En lo cotidiano, en las calles. Las historias de la Ciudad está en sus rincones, en sus calles, en sus parques.
A muchos no les gusta la Historia...
Es que a veces es aburrida. El libro, cuando lo escribí, lo hice de una manera fácil. Traté de no ser rebuscado; quise ser sencillo, dirigido a los estudiantes. Yo aprendí a leer a los cinco años, soy lo que soy por lo que he leído, por mis lecturas. Soy un amante de la lectura.
Cuentos, leyendas, y tradiciones. Muy al estilo de “Narraciones Panameñas” de Berta María Cabezas...
Puede ser que es de ese estilo, pues todos crecimos con “Narraciones Panameñas”. Nos trasladábamos a los pueblos del interior, a las procesiones, a los cuentos de brujas y duendes. Mi familia es de un pueblo del interior, Bejuco, a donde iba en los veranos. Pero me dije: mi ciudad no es “Narraciones Panameñas”. En ninguno de esos cuentos está mi ciudad. Son muy panameñas esas historias, sí, pero mi ciudad tiene un espíritu, tiene su folclor. Mi ciudad no es el interior, mi ciudad es mi ciudad. Por eso hice esto y lo resumí en 27 cuentos, narraciones urbanas.
¿No considera que el capitalino no tiene ese sentido de pertenencia que sí tienen los habitantes de muchas grandes ciudades?
Cada ciudad es diferente. Definitivamente la ciudad de Panamá es un imán muy poderoso, que absorbe toda la atención y deja lo demás en segundo plano. La ciudad de Panamá es poderosa, por su posición geográfica. Somos geográficamente centroamericanos; históricamente, suramericanos; cultural y musicalmente, del Caribe. Estamos a solo 80 kilómetros del Caribe. Todo eso nos va formando.
Siempre que hablamos de “La Ciudad” nos referimos al centro (San Felipe, Santa Ana, El Chorrillo, Calidonia), ¿qué pasa con todos los que viven en las periferias (al Este, al Norte), ellos no tienen identidad?
Cuando la ciudad se expandió, la identidad se fue diluyendo, se fue cambiando. Es otro escenario con otro folclor. Se perdió el caminar por las calles, cuando ya no todo era cercano, cuando ya no todos se conocían. La ciudad de Panamá de los 60 y 70 era bonita. Fue creciendo y empezó a perder su encanto. Ahora tendrá otro folclor. Los barrios de afuera son otra gente.
Hay siempre una nostalgia por lo que fue, ¿lo de ahora no es bueno?
No te quiero decir que no creo en la humanidad; pero, mientras más somos, más malos somos y vemos peores cosas. Somos el centro de la rosa de los vientos, y llegan demasiadas cosas malas.
¿Cómo se crea una identidad para el resto, para los que están alejados del centro y que no vivieron la ciudad de Panamá de los 60 y 70?
La educación. Tenemos que rescatar nuestro folclor, identificar a nuestros personajes, hay que ver quiénes no son héroes falsificados. La ciudad está llena de nombres. Las clases tiran para su lado. Hay que saber identificar a los verdaderos héroes populares, porque ellos nos enseñarán el verdadero camino de cómo seguir caminando.
¿Qué quiere dejar con “500 años de la Ciudad de Panamá”?
Quiero dejar recuerdos, que sepan cómo fue la Ciudad y que sepan que es única. En torno del elemento urbano hay un folclor. Ya no hay combos, pero hoy existe el reggae. Eso es folclore. La Literatura es la mejor forma de recordar y combatir el olvido.
Usted cuenta las historias de los personajes olvidados de la Panamá del pasado, ¿el siglo XXI nos ha dejado algún personaje que valga la pena recordar más adelante?
Han transcurrido 19 años del siglo XXI. Todavía no hay algún gran personaje que me llame la atención. Quizás Irvin Saladino que ganó una medalla de oro en las Olimpiadas. Tienen que surgir los personajes. No es que haya algo malo con ellos, pero merecemos más que deportistas. Merecemos un gran estadista que nos cambie y nos una.
La primera ciudad del Pacífico y, sin embargo, en muchas cosas no estamos a la altura de las grandes capitales de América Latina...
Somos una gran ciudad, no por el tamaño, sino por nuestra ubicación. Somos el cruce de caminos, por aquí tienen que pasar.
Un homenaje a ‘La Ciudad’ y el ser capitalino
“Leyendas, cuentos, y tradiciones. 500 años de la ciudad de Panamá” de Andrés Villa recoge 27 historias relacionadas con la ciudad de Panamá. El escritor recrea desde episodios históricos como la separación de Panamá de Colombia, o la batalla del Puente de Calidonia, así como también revive a personajes de la cotidianidad urbana como Peter William, una suerte de Robin Hood afropanameño, o Ran Runnels el verdugo. También reflexiona sobre importantes personajes de la vida del Istmo como Pedro Arias Dávila o Victoriano Lorenzo. Villa se inspira en elementos de la cultura popular como Los Combos Nacionales, o la desaparecida bebida gaseosa Royal Crown, para idear sus cuentos. “Leyendas, cuentos, y tradiciones. 500 años de la ciudad de Panamá” se mueve entre la veracidad histórica y la fantasía literaria. El autor explica que hubo un proceso de investigación; pero, aquellas partes que no hay forma de corroborar cómo sucedieron, fueron rellenadas con creaciones de su propia imaginación. Así, por ejemplo, el también periodista cuenta la historia de un niño que tiene un encuentro con María Ossa de Amador poco antes de los sucesos del 3 de noviembre de 1903, o describe desde la perspectiva de un habitante de la ciudad, cómo Panamá, el 20 de diciembre de 1989 se bañó de sangre nuevamente, así como sucedía en la época colonial cada vez que los piratas y corsarios querían las riquezas de ésta ciudad. Andrés Villa se encarga de rescatar, en un tributo a la oralidad que caracteriza al folclor popular, elementos que forman la identidad de la capital.
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