- Nutrición
Una enfermedad más común en personas mayores y mujeres post menopaúsicas, por ello es importante promover la prevención de esta afección a través de buenos hábitos en el estilo de vida.
- Sara Elizabeth Saldarriaga
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La osteoporosis es una condición que afecta la integridad de los huesos haciendo que pierdan fuerza y densidad y aumentando la fragilidad y probabilidades de fracturas. Es más común en personas mayores y mujeres post menopaúsicas, por ello es importante promover la prevención de esta afección a través de buenos hábitos en el estilo de vida.
Para prevenir el desarrollo de la osteoporosis es necesario tener una alimentación saludable que incluya todos los nutrientes esenciales; también es indispensable la exposición solar diaria, al menos 15 minutos de forma indirecta, para promover la síntesis de vitamina D.
Adicional, es importante realizar ejercicio físico regular y limitar el consumo de alcohol, de tabaco y de sal. Sobre este último, es fundamental enfocarse en reducir el consumo de alimentos ultra procesados con gran aporte de este mineral.
¿Cuáles son los nutrientes esenciales para prevenir la osteoporosis?
El calcio: Ya que nuestros huesos son una de las mayores reservas de calcio, es necesario un aporte adecuado del mismo diariamente para que no se vea afectado. 1,000 mg es una dosis ideal estándar y podemos obtenerlo de fuentes como: lácteos, sardinas (por sus huesitos) y brócoli. Además, es importante que los consumas separados de alimentos como espinaca y chocolate para que el ácido oxálico que contienen no compita con su absorción.
El fósforo: Es un mineral necesario también y se requiere en 800 a 1,200 mg diarios. La buena noticia es que es muy fácil de obtener de alimentos como las carnes (pollo, res, cerdo, pescado), las almendras, los lácteos, el huevo, pistachos y nueces.
La vitamina D: Es esencial para que se de forma óptima la absorción del calcio y evitar la desmineralización del hueso. Aunque hay alimentos que aportan esta vitamina como el huevo, el pescado y los lácteos, es vital la exposición adecuada a la luz solar.
Por último, el consumo de alimentos con magnesio y vitamina K son importantes. Las fuentes son: frutos secos, lácteos, menestras, chocolate amargo y vegetales de hojas verdes; carnes, higos, huevos y queso.
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