- Nutrición
La cantidad de café que toma depende de su genética, según un nuevo estudio
- Macarena Bachor
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Investigadores de la Universidad Northwestern en los EE. UU. y Berghofer Medical Research Institute en Australia estudiaron la conexión entre nuestra percepción de la amargura del café y cuánto bebemos. La amargura, señalaron los investigadores, debería disuadirnos de tomar café y otras sustancias amargas: después de todo, desarrollamos el gusto para evitar consumir cosas dañinas. Y sin embargo, una rápida ojeada a la cola de la mañana o en la tarde, en la cafetería más cercana, es suficiente para demostrar que está no es la realidad.
El estudio, publicado en Scientific Reports, investigó la asociación entre la sensibilidad al amargor del consumo de cafeína y café en más de 400,000 personas en el Reino Unido. Los investigadores buscaron una conexión entre la presencia de variantes genéticas asociadas con la sensibilidad a la cafeína y la cantidad de café que los participantes tomaron.
¿Los resultados? Las personas más sensibles al sabor amargo del café en realidad bebían más. "Dado que los seres humanos generalmente evitan los gustos amargos, interpretamos estos hallazgos como posiblemente un comportamiento aprendido", dijo a The Guardian la coautora Marilyn Cornelis, de Northwestern. "Si podemos percibir la cafeína bien, asociamos esto con las propiedades psicoestimulantes de la cafeína y por eso buscamos más café". En pocas palabras, si eres más sensible al café, es probable que lo asocies más con sus preciosos efectos energizantes y, como resultado, bebas mucho más.
Los "catadores de cafeína fuertes" son significativamente más propensos a convertirse en importantes consumidores de café, explicó el primer autor, Jue Sheng Ong, del Instituto de Investigación Médica Qhof Berghofer. "Si bien el efecto de la percepción en su ingesta diaria de café puede ser relativamente pequeño, solo un aumento de 0.15 tazas por día, desde un catador normal de cafeína hasta un catador fuerte de cafeína, en realidad hace que sea un 20% más probable que se convierta en un gran bebedor. "Más de cuatro tazas por día", le dijo a The Guardian.
El sabor, sugieren los investigadores, no es solo casualidad o el entorno que te rodea; En cambio, está fuertemente influenciado por su genética. ¿Alguna vez te has preguntado por qué necesitas un suministro constante de cafeína para salir del día, mientras que Katie en la mesa de al lado parece estar bien con su agua infundida con frutas? La respuesta, resulta que podría estar en tus genes.