- Para Padres
Prepárate para vivir nuevamente la llegada de un pequeño integrante a tu familia, teniendo en cuenta a tu primogénito.
- Macarena Bachor
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Cada embarazo tiene sus propias características y vivencias. Ninguno es igual al otro. Sin embargo, en un segundo embarazo, habrá cosas que podrás manejar con mucha más facilidad en comparación con el primero.
La llegada de otro integrante a la familia y de una segunda gestación es todo un acontecimiento que requiere diferentes cosas de cada miembro de tu familia. Probablemente, ya no sea un proceso novedoso, pero descubrirás nuevas expectativas para con este nuevo bebé. Existirán, además, ciertas diferencias con tu primera experiencia.
Según la psicóloga Cintia Corro, especialista en orientación familiar, “la madre se encuentra más relajada frente al proceso fisiológico del embarazo. Está mejor preparada para el parto y para la atención del bebé, ya que se ha entrenado en el amamantamiento, cambio de pañales, desvelos y todo aquello que le resultaba novedoso con el primer hijo”.
Probablemente, te canses más rápido, tengas menos tiempo y los horarios de comida y descanso sean fluctuantes en los primeros meses.
En cuanto a tu pareja y vida familiar, este segundo embarazo supone una reorganización del presupuesto conjunto y del tiempo individual de los padres, cabeza del hogar. No te afanes, la organización previa será tu aliada. La psicóloga Corro recomienda que “anticiparse a los acontecimientos y prepararse para la llegada del bebé facilitará el ajuste de todos los miembros de la familia y disminuirá los niveles de ansiedad y estrés”.
Algunas madres sufren de ansiedad por la preocupación que desarrollan acerca del vínculo con su nuevo bebé. Si este es tu caso, los testimonios de otras madres revelan que el amor se duplica con la llegada de otro niño(a).
Además de la reorganización familiar, existe una experiencia paralela al segundo embarazo, y esta es la expectativa que crean los padres alrededor de su hijo primogénito. Cómo lo tomará, cómo comunicarlo y qué medidas practicar para con él, son dudas naturales que se desencadenan en los padres. Lo primordial es preparar el ambiente y comunicarle la noticia al primogénito. Según la psicóloga Myriam Serracín, “los padres deben ir preparándolo e irle comunicando que va a tener un hermanito en la casa, además tienen que responder todas las interrogantes que él tenga”.
Adicional a esto, Myriam recomienda la promoción de valores como la cooperación y el compartir, ya que los padres necesitarán de esto cuando nazca el nuevo bebé.
Se hace necesario reforzar, así mismo, el primer amor que los padres tienen por su primogénito. “Deben explicarle que, aunque muchas cosas cambiarán en la familia con la llegada del bebé, el amor que ellos sienten por él seguirá siendo igual”, nos explica la psicóloga Corro. Otra recomendación es involucrar al primer hijo en la toma de decisiones y en el embarazo de su mami. Para esto se aconseja promover espacios pedagógicos con fotografías y videos, donde los padres puedan explicar los cuidados esenciales que necesita un recién nacido.
Otra manera es integrarlo en la escogencia de implementos como accesorios, juguetes y ropa del nuevo bebé.
El trato que tengan tú y tu pareja hacia su primer hijo debe ser lo más natural posible. Practicar la sobreprotección y las demostraciones excesivas de afecto pueden traer confusiones al niño(a). Al comienzo del proceso, es posible que el primogénito mida ciertos límites familiares existentes; en caso de sobrepasarlos, es importante llamarle la atención y corregirlo. Según la psicóloga Corro, esto disminuye cuando el niño está enteramente seguro de que el amor de sus padres alcanzará para ambos. Otro consejo práctico es establecer un momento exclusivo de día para él(ella). Esto favorecerá y reforzará la relación madre-hijo.
Efectos frente a la llegada del nuevo bebé
Según la psicóloga Cintia Corro, la llegada de un nuevo hermanito puede traer en tu(s) hijo(s) diferentes reacciones. Estas son totalmente naturales y suponen un periodo de ajuste y adaptación en el niño(a); la tarea de los padres es aguardar con paciencia y demostrar comprensión sin caer en excesos o sobrecompensaciones.
- Los celos: son una reacción normal debido a que ya existe un vínculo afectivo con sus padres y el nuevo hermanito puede llegar a ser visto como una amenaza.
- Conductas regresivas: si todavía es muy pequeño, puede ser que llegue a recurrir a ciertos hábitos pasados como chuparse el dedo, volver a la mamadera, etc. Estas conductas pueden originarse debido a la falta de comunicación que existe en el niño por su edad o a ciertos fenómenos como las fantasías de pérdida o abandono por parte de los padres.
- Cambios de conducta: al ser más grandes, los niños(as) pueden llegar a demostrar sus sentimientos a través de actitudes rebeldes o retadoras, ya sea en casa o en la escuela, poniendo a prueba los límites familiares ya conocidos.
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