- Para Padres
Uno de los comportamientos más comunes en los infantes son las famosas rabieta. Descubre acerca del trasfondo psicológico de esta conducta.
- Marine Peyronnet
- consultorio@epasa.com
- @PsicologaMarine
- lapsicologafrancesa
Creo que uno de los temas de los que más se habla de los niños después de si duermen, comen y dejan el pañal es el tema de las “pataletas”. Entender las pataletas es indispensable para nuestra salud mental. Pero nuestro mundo actual tampoco nos pone la tarea más fácil a los padres, sobre todo cuando con solo miradas, sentimos cómo se aproxima el juicio final con antorchas y tenedores a quemarnos con críticas mientras nuestro niño decide mostrar todos sus colores en el medio de un restaurante. “Qué niño más malcriado” o “Qué niño con mal carácter”.
Lo de la malacrianza lo dejo para otra columna. Lo del carácter... a cabeza fría, considero que tener carácter es realmente una cualidad muy grande que se respeta en los adultos y muchos llegamos hasta a admirar esa determinación. También pienso que todos queremos hijos que cuando crezcan puedan defenderse y expresar sus opiniones y actuar ante injusticias. Ser asertivos y demás.
Pero mientras, ¿qué hacemos con esa persona de menos de un metro de altura que te expresa sus descontentos y prueba tus límites con “No” más rotundos y un espectáculo digno de Minions con WWE? El primer paso es aprender para comprender. He aquí un resumen muy corto acerca de nuestro cerebro.
El cerebro está dividido en dos partes, hemisferios izquierdo y derecho y conectados por el cuerpo calloso (fibras en el mero medio). El lado izquierdo es “el lógico, literal, verbal y ordenado”. Las cosas son como deben de ser; todo en su lugar sin más. El derecho es “el no-verbal, expresivo, emocional e intuitivo”. Entre el nacimiento y hasta los tres años, el niño se apoya mucho más de su lado derecho para sobrevivir y desarrollarse, y por eso le cuesta expresar con palabras lo que siente en un momento dado. No le va a importar llegar tarde a su clase de baile si en camino al carro vio una mariposa en la pared. Sin embargo, no siempre podrá quedarse así, pues la vida va a requerir que conecte con su lado izquierdo para tomar decisiones lógicas, entender de tiempos, tareas y seguir normas. ¡Ojo! Esto seguirá ocurriendo después de los tres años en la medida que el niño vaya integrando ambos lados hasta la adultez con ayuda de sus cuidadores. No hace falta añadir que conozco muchos adultos que todavía hacen pataletas, ¿Te suena familiar? Bueno, ya sabes por dónde va el asunto.
Cuando el niño está totalmente respondiendo su lado derecho, realmente explicarle por qué tiene o no que hacer algo no va a funcionar porque sus emociones desbordadas son más fuertes que él. Al forzar, lo único que va a pasar es que tú también termines actuando con ese lado emocional primitivo (luego les hablaré del cerebro reptiliano) y bueno, esto no termina bien casi nunca. ¿Qué puedes hacer? Primero parar lo que estás haciendo y darle tu atención.
Conectar con sus emociones. Dejar de forzarlo o gritar e identificar qué puede sentir tu hijo en ese momento bajo la situación, mirándolo a los ojos y quizás ofrecer alguna muestra de cariño, solo si lo acepta. Observar.
Darle opciones o una historia de porqués puede sentirse de esa manera (Querías quedarte jugando más tiempo con tus amigos, el baño estaba rico, querías ir a esa fiesta con los grandes) Al rato puede que repitan las mismas frases y ahí su cerebro izquierdo empieza a conectar con las palabras que le vas brindando. Una vez más calmados, puedes buscar alguna actividad alterna que le pueda gustar hacer después que haga lo que le pides (ir a comer algo rico, ver el color del cielo afuera o algo que sepas que le encanta). Esto va ayudar a que puedan avanzar.