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Los hombres pueden llegar a experimentar un embarazo en su propio pellejo, te contamos de qué se trata esto.
¿Nos creerías si te dijéramos que un hombre puede experimentar un embarazo de manera muy parecida a la que lo hace una mujer cuando atraviesa la dulce espera?
No es un mito, se trata de una realidad que puede experimentar un hombre y tiene por nombre Síndrome de Couvade (que en francés sinifica ‘incubar’). Fue un antropólogo francés el que usó el término por primera vez, en 1865, para describir los hábitos observados ante la espera de un bebé en las comunidades primitivas, como en la antigua Grecia.
Sin embargo, en la actualidad, el síndrome abarca una serie de síntomas que pueden abarcar malestares físicos como náuseas, vómitos, mareos, dolor abdominal y dental, cambios en el apetito, fatiga, insomnio, estreñimiento, problemas intestinales y cambios de peso, entre otros. Incluso, algunos hombres llegan a sufrir trastornos hormonales durante el primer trimestre del embarazo de su pareja.
En el año 2014 hubo un caso bastante popular de un hombre inglés llamado Harry Ashby, un guardia de seguridad, que sufrió este conjunto de síntomas extraños para tratarse de un hombre. “En un primer momento, las náuseas del embarazo, obviamente, el aumento de peso... mis tetillas dolían y tenía cambios de humor. Lo ignoré al principio, pero continuó sucediendo, es cuando investigamos y me enteré de que tenía un embarazo simpático”, narró Harry en un programa de televisión inglés.
Según Gil Sánchez, ginecólogo y psiquiatra, explicó a la BBC, existen evidencias de que el padre sufre cambios a nivel cerebral para poder vincularse y apegarse al bebé, y también cambios a nivel psicológico y social relacionados con las expectativas culturales de lo que significa ser padre.
Jeremy Adam Smith, autor de The Daddy Shift, explicó que “en los últimos 20 años, los científicos han hecho nuevos descubrimientos sobre la forma como los cuerpos de los hombres cambian cuando se convierten en padres, por ejemplo, los hombres pierden testosterona y ganan prolactina, que es una hormona asociada con la lactancia materna, así como el cortisol, que se libera como respuesta al estrés que ayuda a las nuevas madres a prestar atención a las necesidades del bebé. Así que en muchas, muchas maneras, los cuerpos de madres y padres convergen cuando se convierten en padres”.
No existen muchos estudios acerca de este síndrome. En el 2013 se realizó uno por parte de un grupo de investigadores polacos que posteriormente fue publicado en la revista especializada “Medical Science Monitor”. En él se observaron a 143 hombres que esperaban un bebé y el estudio concluyó en que el 72% de los mismos experimentó durante el embarazo de su mujer al menos uno de 16 síntomas identificados.
Según explicó el doctor Arthur Brennan, quien estudió el fenómeno junto a la Universidad St. George's de Londres en el 2007, y expone sus explicaciones en el documental ‘Couvade Syndrome’: “algunas personas pueden pensar que estos hombres están fingiendo, pero están lejos de buscar atención sobre sí mismos, estos síntomas son involuntarios”. Esto significa que este síndrome no se puede categorizar como enfermedad psiquiatra ni patológica. Se trata de una “somatización de un conflicto psicológico que no se puede resolver racionalmente”.
Al ser un síndrome psicológico, este padecimiento no tiene un tratamiento específico. Los padres son alentados a mantener una buena salud y consultar a un médico en casos extremos.
Una vez que la madre dé a luz, los síntomas disiparán dejando una gran experiencia de acercamiento con su pareja, ya que la vivencia le permitió experimentar en su propio pellejo lo que significa estar embarazado.
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