- Para Padres
- Macarena Bachor
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Si te has encontrado en más de una ocasión repitiendo frases como “mi amor, ¿lavaste la ropa del bebé tres veces?”, “¿esterilizaste la mamadera?”, “no lo pongas en el piso que esto está todo sucio”, entre otras, ¡tranquila! Es una reacción natural de cualquier madre primeriza, muchos padres viven esta etapa en su primera experiencia. Luego, el tiempo suaviza algunas costumbres extremistas. En lo que sí no queremos que caigas es en ser una “freak” de los gérmenes. ¡Para eso, continúa leyendo!
Los bebés tienen distintas etapas de desarrollo por las cuales exploran el mundo. A partir de los cuatro a cinco meses, los bebés comienzan a llevarse a la boca todo lo que tienen a su alrededor. Por supuesto, en esta etapa es necesario mantener un control acerca de los objetos que se llevan a la boca, que no sean peligrosos y que no estén muy sucios, pero no es necesario esterilizar las cosas a cada rato. El porqué es sencillo: el sistema inmunitario del bebé tiene que activarse y ponerse en práctica, y la única manera en que eso se logre es ponerse en contacto con los gérmenes. Por lo tanto, lo correcto es no reemplazar la tarea del sistema inmunológico por limpiadores o esterilizantes, de lo contrario, el sistema inmune del bebé se dormirá y esto podrá tener consecuencias peores en un futuro, ¡la sobreprotección no es la respuesta!
Otra etapa importante es a los siete u ocho meses, cuando el bebé comienza a gatear. La mayoría de los padres comienza a preocuparse por las superficies en las cuales gatea su pequeño. En esta situación aplica la misma explicación que ya hemos dado.
Para no caer en una sobreprotección te recomendamos seguir algunos de estos consejos útiles:
- Lavarse las manos: debes enseñarle el cómo y el cuándo. Mira nuestra ilustración para el cómo. Es importante que los bebés y los niños se laven las manos antes de comer, después de jugar con un animal y después de haber estado en superficies con tierra o arena.
- Lleva gel sanitario en tu cartera: quizás lo requieras para algunos accidentes en el parque o en las situaciones donde no tengas agua y jabón para lavarle las manos.
- Los baños públicos: te sorprendería conocer lo que dicen los expertos. Elizabeth Scott, profesora de Biología en la Universidad Simmons y fundadora del Centro Simmons de Higiene y Salud del Hogar y la Comunidad, explica que los baños públicos no son tan peligrosos como algunos padres creen. “Lo que los niños atrapen en sus nalguitas no importa demasiado”, afirma. “Después de todo, las nalgas quedan lejos de los puertos de entrada favoritos de los gérmenes, como nariz, boca u ojos”, explicó. Lo que sí afirmó como importante es que los niños se laven las manos después de ir a un baño.
- La famosa regla de los cinco segundos: algunos dicen que si algo se cae al suelo y tiene allí menos de cinco segundos, todavía se puede llevar a la boca sin ningún riesgo. Lo cierto es que no es una teoría que esté confirmada. Lo que sí recomiendan los expertos es botar la comida si esta tocó un suelo mojado o muy sucio.
- Los carritos del super: algunos padres y madres se preocupan por esto. La profesora Scott afirma que “los carros de la compra pueden estar llenos de gérmenes”, pero agregó que “los gérmenes están en cualquier lado”. Su consejo consiste en limpiarlo con una toallita desinfectante; sin embargo, aclara que no es un riesgo para la salud de tu bebé o hijo. Allison Aiello, profesora asistente de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, también coincide con que no es una amenaza para la salud.
Lo que debes limpiar: lugares como el fregadero, el basurero, los controles remotos o del aire acondicionado, las manijas de las puertas de la casa. En cuanto a los productos que puedes usar, siempre comienza con agua y jabón. Si no alcanza, la profesora Scott recomienda los desinfectantes en aerosol. El cloro, por ejemplo, debe usarse con precaución y no mezclarse con ningún otro limpiador. Una solución de cloro pierde eficacia a las 24 horas.
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