- Para Padres
- Macarena Bachor
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La adolescencia supone una etapa de muchos cambios en la vida de un individuo. Entre ellos están la búsqueda de identidad y la independencia de los padres. Por eso, es común que los jóvenes traten de marcar cierta distancia con sus padres. “Para lograrlo, se desligan un poco de la familia y establecen relaciones estrechas y significativas con compañeros de su misma edad”, explicó la psicóloga Alayza Escudero, terapeuta de niños y adolescentes. “Ese alejamiento de los padres es totalmente normal, como parte del proceso hacia la madurez en el que están inmersos. Necesitan separarse de quienes han velado por ellos, e incluso cuestionar las ideas de sus padres para demostrarse que son capaces de dar rumbo a sus vidas, plantearse sus propios retos, tomar decisiones y de esa manera, prepararse a navegar por sí mismos”, agregó la psicóloga. Sin embargo, en esta búsqueda interior, tus hijos pueden toparse con malas compañías que a veces, ejercerán influencias negativas.
Estudios sobre el comportamiento adolescente destacan que la mayor parte de sus acciones están influidas por los movimientos dentro de una mecánica de grupo, que a la vez, están marcados por uno o más líderes. Esto quiere decir, de otra manera, que tus hijos adoptarán actitudes y comportamientos con el objetivo de encajar dentro de la dinámica de un grupo, o sencillamente lo hagan porque todos lo hacen.
¿Cómo reaccionar ante esta situación?
Te ofreceremos una lista de las reacciones comunes que los padres emplean cuando deben establecer límites, señalándote cuáles son correctas y cuáles no lo son.
“Lo castigaré”. INCORRECTO. Esto provocará aún mayor distanciamiento en su relación. Además, el joven buscará refugio en sus amistades.
“Un sermón ayudará a que recapacite”. INCORRECTO. Los adolescentes no son aptos para este tipo de metodología. Usualmente son de carácter cerrado y piensan que lo que se les dice es para intentar que cambien de parecer. Les entrará por un oído y les saldrá por otro.
Atacarlos con preguntas todo el tiempo. INCORRECTO. La reacción que proyectarás si haces esto de manera constante, es una de desconfianza hacia tu hijo. Lo apropiado es preguntarle de manera espaciada determinadas cosas que necesites saber como padre.
Discriminar a sus nuevos amigos. INCORRECTO. Podrás desatar un verdadero conflicto si esto ocurre. La psicóloga Escudero recomienda que lo mejor es prevenir. Lo correcto es “conocer a los amigos de los hijos, vigilar con prudencia lo que hacen y con quién”.
Canalizar su energía. CORRECTO. Según la experta “los deportes, la música, el arte, los hobbies, las actividades extraescolares reclaman mucha fuerza, dedicación y entusiasmo, que colocados en ellas, dispersan las posibilidades de meterse en líos o de acompañar a quienes se meten en ellos”.
Propiciar el diálogo. CORRECTO. Es necesario que exista la comunicación y confianza se genere desde la infancia. Lo mejor que puede realizar el padre es el intercambio de opiniones. Alayza Escudero aseguró que el mejor enfoque que un padre puede darle a su hijo es motivarlo a que evalúe situaciones y a decidir por sí mismo en forma independiente, sin importar la forma en la que otros se comporten.
Etapas de vulnerabilidad
Existen dos etapas críticas que los jóvenes enfrentan: una es entre los doce, trece y catorce años, y la segunda es entre los diecisiete y veinte años. Ambas etapas son proceso de maduración de la personalidad, por lo tanto, lo correcto es darle espacio, siempre con límites, para que el joven las atraviese de manera satisfactoria.
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