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Según los estudios, es un trastorno poco usual y prácticamente desconocido, que se presenta entre 10 y 60 veces menos que el autismo. Es más común en niños que en niñas.
- Laura Bethancourth
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El trastorno desintegrativo infantil es una alteración que se caracteriza por la regresión del niño en múltiples áreas de su desempeño, tras un periodo de al menos 2 a 3 años de desarrollo normal. Está clasificado en el grupo de los trastornos generalizados del desarrollo.
Según los estudios, es un trastorno poco usual y prácticamente desconocido, que se presenta entre 10 y 60 veces menos que el autismo. Es más común en niños que en niñas.
¿Qué causa el trastorno desintegrativo infantil?
Se desconoce la prodecencia o qué ocasiona este trastorno, sin embargo los expertos consideran que la pérdida de las destrezas ya adquiridas previamente puede obedecer a algún tipo de alteración cerebral como la esclerosis tuberosa o un trastorno compulsivo.
También se dice que este trastorno puede aparecer luego de experiencias vividas como un nuevo hermano(a) que se añade a la familia o alguna enfermedad crónica. No obstante, aún son consideradas hipótesis, ya que no se ha encontrado algún patrón el cual explique el trastorno.
Síntomas:
Los niños que presentan este trastorno normalmente han adquirido todas sus destrezas hasta los 2-3 años, pero al cumplirse este tiempo se presenta una regresión. Los primeros indicios se pueden dar entre los 3 y 4 años y puede variar apareciendo un poco después, sin embargo no aparece después de los 10 años de edad.
La pérdida de habilidades adquiridas suele ser la primera señal de este trastorno. El niño comienza a tener dificultades para realizar tareas y actividades que antes hacía por sí solo y el deterioro se hace cada vez más evidente. Por ejemplo:
- Pérdida del lenguaje: al niño se le dificulta expresar lo que quiere aunque sepa hablar. Suele utilizar el lenguaje de forma repetitiva.
- Incapacidad de controlar sus esfínteres: es usual que el niño pueda presentar euneresis (orinarse) o encopresis (defecarse).
- Dificultades en la motricidad y coordinación: le resulta muy difícil caminar, agarrar el lápiz para escribir, correr, brincar etc.
- Habilidades de autocuidado: los niños dejan de tener la capacidad de vestirse por sí solos, comer, asearse, entre otros.
- Juego: su forma de jugar cambia y el juego simbólico desaparece. Cuando el trastorno desintegrativo comienza, el juego se vuelve menos elaborado y se prefieren otros como cuando era un bebé. Esto afectará sus capacidades para relacionarse con los otros.
- Síntomas emocionales: este es el más preocupante, ya el niño puede llegar a sentirse frustrado por todas las habilidades que ya ha perdido y que tanto le costó lograr. Pueden experimentar altos grados de ansiedad e irritabilidad.
¿Cómo puedo ayudar al niño que padece de este trastorno?
Normalmente, los niños que padecen este trastorno no suelen recuperar las destrezas perdidas en su totalidad, pero no hay que darse por vencido, ya que con el tratamiento adecuado y la temprana detección e intervención se puede lograr mejoría que redunda en la calidad de vida del niño y de todos los que le rodean.
Diferencia entre el autismo y el trastorno desintegrativo infantil
Estos trastornos suelen confundirse ya que son muy parecidos; a pesar de que pertenecen al mismo grupo de trastornos, el autismo es diferente. El comportamiento es una de las principales diferencias entre estos, ya que en los niños con autismo este se presenta desde temprana edad, mientras que en el desintegrativo inicia después de los 2 o 3 años de vida.
Aquí les dejo algunas recomendaciones:
Terapia conductual: para volver a aprender todas las habilidades perdidas, es necesario implementar métodos que aumenten la conducta positiva y así lograr un mejor aprendizaje.
Para el lenguaje se pueden implementar figuras, pictogramas y juegos de asociación.
La participación activa de familias y docentes en un ambiente de motivación favorece el estado de ánimo. Esté allí para él y hágale saber que, independientemente de todo, siempre lo va a apoyar.
La medicina alternativa es bien recomendada para los niños que padecen este trastorno, debido a que mejora su estado emocional.
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