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Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en todo el mundo. Cada año mueren más personas por alguna de estas enfermedades que por cualquier otra causa, por esta razón, es aconsejable tomar acciones saludables (alimentación, hábitos y actividad física).
- Redacción Mujer
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Si usted es amante de la leche y sus derivados, existe una razón más para mantener el consumo regular de estos productos.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en todo el mundo. Cada año mueren más personas por alguna de estas enfermedades que por cualquier otra causa, por esta razón, es aconsejable tomar acciones saludables (alimentación, hábitos y actividad física).
Cerca de 3 mil a 4 mil personas mueren por enfermedades cardiovasculares en Panamá, no solo se vivió una pandemia de covid-19, hemos estado viviendo una pandemia silenciosa en los últimos 20 años con las enfermedades cardiovasculares y el impacto en Panamá es igual que en el mundo. Son 15 millones de personas que mueren al año en el mundo entre los 35 y 69 años, muertes prematuras que se pueden prevenir.
Consumir con frecuencia algunos alimentos como la leche y sus derivados podrían contribuir a evitar enfermedades cardiovasculares, "Los lácteos tienen componentes saludables como aminoácidos, calcio, magnesio, potasio y probióticos, los cuales podrían ayudan a fortalecer el organismo ante enfermedades del corazón", comenta Francisco Herrera Morales, nutricionista de productos Nevada.
Según el estudio Prospective Urban Rural Epidemiology (PURE) del 2018, publicado en la revista Lancet, el consumo de lácteos está asociado con una disminución del riesgo de mortalidad y de enfermedades cardiovasculares mayores. Los investigadores que lideraron este estudio, indican que consumir tres lácteos al día, comparado con un consumo de media ración diaria, está relacionada con la reducción de las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad entre un 14 y un 23 por ciento.
Esta investigación se realizó en 136 mil personas, con edades comprendidas entre los 35 y 70 años, procedentes de 21 países de 5 continentes.
Las enfermedades cardiovasculares están fuertemente ligadas al sobrepeso y a la mala alimentación. Un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 2023 revela que en Panamá el 73% de los adultos padece de sobrepeso.
El riesgo de muerte por todas las causas es mayor en las personas con obesidad severa y la mortalidad en personas con obesidad mórbida es 12 veces mayor que en los individuos normales.
"Es importante recalcar que las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir si se toman a tiempo las medidas adecuadas, ya sea modificando los hábitos alimentarios, llevando buen control médico y nutricional, y realizando ejercicio supervisado por los profesionales competentes", indica el especialista Herrera Morales.
"En Panamá hay muchas iniciativas para hacer actividad física al aire libre y ejercicios cardiovasculares, se ven los proyectos que se han desarrollado en diferentes vías del país, como las ciclovías, la cinta costera, la cinta norteña y varias dinámicas como maratones y competencias, además de contar con múltiples parques para beneficio de la población. Lo que se necesita es concientizar aún más a la población y que tomen su salud como lo primordial en su vida y que hagan del ejercicio un hábito diario", añade Herrera Morales.
Pautas alimentarias para prevenir la enfermedad cardiovascular
Estas son algunas de las principales recomendaciones nutricionales para prevenir o controlar los padecimientos del corazón:
1. Cereales: consumir al menos un 50 por ciento en versiones integrales ricas en fibra dietética.
2. Frutas y vegetales: 5 al día es muy bueno, 8 al día es una meta ideal para el corazón.
3. Lácteos: 3 porciones diarias (leche, yogurt y queso).
4. Carnes: preferir las carnes blancas y los pescados, de esta manera, máximo 2 veces a la semana carnes rojas y al menos 2 veces a la semana pescados ricos en Omega 3 como el atún, salmón, trucha o sardinas.
5. Grasas: Preferir las grasas saludables y reducir las grasas saturadas o trans, así:
a. Promover el consumo de grasas saludables como los aceites, aguacate, nueces o semillas. De estas opciones idealmente incluir 2-3 porciones diarias.
b. Se limita las grasas saturadas o trans, evitando el consumo de carnes con piel o bordes de grasa, productos empacados que indiquen grasas trans en su tabla nutricional, frituras o comidas rápidas y prefiriendo las opciones que indiquen menos grasas saturadas.
6. Alimentos bajos en sodio: un producto bajo en sodio es por definición el que en cada porción tiene menos de 140 mg de sodio. Recuerde adicionar poca sal y consumir la menor cantidad de productos enlatados, empacados o similares y sustituirlos por alimentos más naturales para lograr este objetivo.
7. Bebidas alcohólicas: Limitar el consumo de alcohol. Un consumo moderado significa 1 bebida máximo por día para mujeres o 2 máximo para hombres, menos si se puede.
8. Azúcar: Limitar el consumo de postres, confites, etc. Y si consideramos el azúcar de mesa como tal, máximo 6 cucharaditas de azúcar diaria. Hay que prestarle mucha atención a las bebidas, galletas y cereales de desayuno porque ahí puede estar oculta parte del azúcar que una persona ingiere diariamente.
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