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La doctora Gabrielle Britton, Neurocientífica e Investigadora del SENACYT habla sobre este tema.
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El estudio y tratamiento de la salud de la mujer por mucho tiempo ha estado enfocado en la salud sexual y reproductiva, cuando cada vez más se ha demostrado que no solo el manejo de la salud del hombre y la mujer son diferentes, sino que la mujer es propensa en mayor proporción a padecer ciertas condiciones.
Este fue uno de los temas tratados en la pasada Jornada Científica del Hospital Paitilla por la doctora Gabrielle Britton, Neurocientífica e Investigadora del SENACYT y otras entidades científicas nacionales e internacionales.
Resumiendo, su exposición bajo el título "Neurociencia en el envejecimiento de la mujer", nos encontramos con un hecho que fue sorpresa para muchos y es que el Alzheimer no aparece cuando notamos sus primeros síntomas, sino unos 20 o 30 años antes.
"Ambos sexos estamos viviendo más años que nunca. Las mujeres viven más que los hombres, alrededor de unos 7 años. Sin embargo, no consideramos la calidad de su salud durante esos años; vivimos más años, pero más enfermos y con mayor discapacidad por enfermedades crónicas asociadas a la edad", señaló la doctora Britton.
Partimos del punto que los cerebros de hombres y mujeres son diferentes. El del hombre por lo general es de mayor tamaño y contamos más de 100 diferentes áreas cerebrales o sistemas en que somos distintos por diferentes razones de nuestra constitución cerebral. "Esto lo vemos en comentarios del día a día que se han vuelto comunes, como que la mujer tiene más capacidad para realizar varias tareas a la vez, pero el hombre es mejor orientándose y navegando al momento de ir a un lugar. Sin embargo, más allá de la estructura, lo que nos interesa es ver la funcionalidad de estos cerebros y sus diferencias".
También, podemos mencionar que la mujer conecta mejor los hemisferios del cerebro e igualmente dentro de cada hemisferio, pero por otro lado manifiesta una doble probabilidad de padecer ansiedad y depresión, Alzheimer, esclerosis múltiple y sufre más dolores de cabeza y migraña, porque la mujer envejece de manera diferente.
Alzheimer, de cada hombre que lo padecen dos mujeres lo tienen, "puede ser porque vivimos más tiempo y por ser mujer. Luego de los 65 años, una de cada seis mujeres tiene la probabilidad de desarrollar Alzheimer, lo cual ya es mayor a la probabilidad de desarrollar un cáncer de mama a esa edad. El hombre, por su parte tiene menores probabilidades, con solo un caso entre once varones de la misma edad".
"La mujer presenta momentos de mayor neuro plasticidad en su vida, estrechamente relacionados a los cambios hormonales y su influencia sobre el cerebro, cosa que no sucede a los hombres. Se van depurando algunas conexiones, perdemos las que no son importantes y se forman nuevas, de la mano de etapas como la pubertad, el embarazo y la perimenopausia".
A pesar de todo esto y de los síntomas generados por la menopausia, como depresión, insomnio, regulación de la temperatura corporal e incremento del apetito entre otros, no se considera a esta etapa en la vida de la mujer como una condición o síndrome neurológico. Principalmente porque es cuando el Alzheimer inicia en el cerebro, no cuando detectamos los síntomas conocidos muchos años después.
Al no existir aún un medicamento efectivo contra esta enfermedad, nos podemos enfocar en que la clave es la prevención. Existe un factor de riesgo genético, que se puede detectar en laboratorio, sin embargo, aun teniéndolo, no significa que la persona desarrollará la enfermedad.
"Buscamos el envejecimiento exitoso, una larga vida sin enfermedad, para luego llegado el momento, enfermar y en muy poco tiempo fallecer. La clave para esto es atender tres grandes áreas que deben estar activas en nuestra vida: actividad física, cognitiva y social. Hay que usar las neuronas, el cerebro se nutre de la novedad y es muy importante estimularle. No hacer siempre las mismas cosas, salirnos de los patrones. Socializar, ya que la soledad es un factor de riesgo para el alzhéimer. Evitar el estrés crónico. Esto requiere disciplina y recursos. A veces no es fácil con las ocupaciones y situaciones de las personas, que deben cumplir con mucho y queda poco tiempo para estas cosas tan importantes".
"La mejor terapia cognitiva para la mujer madura y mayor es tener muchas amistades y relaciones sociales. Conversaciones, contar historias y relacionarse con el resto de las personas, esto está al alcance de todos".
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