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Personal idóneo comenta sobre el tema, ¡aquí hay algunos datos que debes saber de este tipo de cáncer!
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POR: PERSONAL DE MAYO CLINIC
El linfoma es un tipo de cáncer del sistema linfático, que es parte de la red del organismo que combate los gérmenes. El sistema linfático comprende los ganglios linfáticos (glándulas linfáticas), el bazo, el timo y la médula ósea. El linfoma puede afectar todas esas zonas, así como otros órganos del cuerpo.
Existen muchos tipos de linfoma. Los principales subtipos son:
- Linfoma de Hodgkin (antes conocido como «enfermedad de Hodgkin»)
- Linfoma no hodgkiniano
El mejor tratamiento dependerá del tipo y de la gravedad del linfoma. El tratamiento contra el linfoma puede comprender quimioterapia, medicamentos de inmunoterapia, radioterapia, un trasplante de médula ósea o alguna combinación de estos.
Tipos
- Leucemia linfocítica crónica
- Linfoma cutáneo de células T
- Linfoma cutáneo de linfocitos B
- Linfoma de Hodgkin (enfermedad de Hodgkin)
- Linfoma no hodgkiniano
- Macroglobulinemia de Waldenström
Síntomas
Los signos y síntomas del linfoma pueden incluir:
- Hinchazón indolora de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle
- Fatiga persistente
- Fiebre
- Sudores nocturnos
- Dificultad para respirar
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Picazón en la piel
¿Cuándo consultar al médico?
Pide una consulta con el médico si tienes síntomas o signos persistentes que te preocupen.
Causas
Los médicos no están seguros de las causas del linfoma. Pero comienza cuando un glóbulo blanco que combate enfermedades, llamado linfocito, sufre una mutación genética. La mutación le dice a la célula que se multiplique rápidamente, y se crean muchos linfocitos enfermos que continúan multiplicándose.
La mutación también permite que las células sigan viviendo cuando otras células normales morirían. Esto produce demasiados linfocitos enfermos e ineficaces en los ganglios linfáticos y hace que los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado se hinchen.
Factores de riesgo
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer linfoma se incluyen los siguientes:
- La edad: Algunos tipos de linfoma son más frecuentes en adultos jóvenes, mientras que otros se diagnostican con mayor frecuencia en personas mayores de 55 años.
- Ser hombre: Los hombres tienen un poco más de probabilidades de desarrollar linfoma que las mujeres.
- Tener un sistema inmunitario afectado: El linfoma es más frecuente en personas con enfermedades del sistema inmunitario o que toman medicamentos que inhiben este sistema.
- Contraer determinadas infecciones: Algunas infecciones se asocian con un riesgo mayor de padecer linfoma, como el virus de Epstein-Barr y la infección por Helicobacter pylori.
Diagnóstico
Los exámenes y procedimientos utilizados para diagnosticar el linfoma incluyen:
- Exploración física: El médico examina si hay ganglios linfáticos inflamados, incluidos en el cuello, la axila y la ingle, y analiza si el bazo o el hígado también están inflamados.
- Extirpación de un ganglio linfático para examinarlo: El médico puede recomendar un procedimiento de biopsia de ganglios linfáticos para extirpar todo o parte de un ganglio linfático para realizar pruebas de laboratorio. Las pruebas avanzadas pueden determinar si hay células de linfoma presentes y qué tipos de células están implicadas.
- Análisis de sangre: Los análisis de sangre (para contar el número de células en una muestra de tu sangre) le pueden dar a tu médico pistas sobre tu diagnóstico.
- Extracción de una muestra de médula ósea para su análisis: Un procedimiento de aspirado y biopsia de médula ósea consiste en insertar una aguja en el hueso de la cadera para extraer una muestra de médula ósea. La muestra se analiza para buscar células de linfoma.
- Pruebas de imágenes: El médico puede recomendar exámenes imagenológicos para buscar signos de linfoma en otras áreas del cuerpo. Los exámenes pueden incluir tomografía computarizada, resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).
Según tu situación, quizás se puedan realizar otras pruebas y procedimientos.
Existen muchos tipos de linfoma y saber exactamente qué tipo de linfoma tienes es clave para desarrollar un plan de tratamiento eficaz. La investigación muestra que hacer analizar una muestra de biopsia por un patólogo experto mejora las posibilidades de un diagnóstico preciso. Piensa en la posibilidad de obtener una segunda opinión de un especialista que pueda confirmar tu diagnóstico.
Tratamiento
Los tratamientos para el linfoma que son adecuados para ti dependen del tipo y la etapa de tu enfermedad, de tu estado general de salud y de tus preferencias. El objetivo del tratamiento es destruir tantas células cancerosas como sea posible y llevar la enfermedad a la remisión.
Los tratamientos para el linfoma incluyen lo siguiente:
- Vigilancia activa: Algunos tipos de linfoma crecen muy lentamente. Tú y tu médico pueden optar por esperar para tratar tu linfoma cuando este cause signos y síntomas que interfieran en tus actividades diarias. Hasta entonces, puedes someterte a pruebas periódicas para monitorear tu afección.
- Quimioterapia: La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células de rápida proliferación, como las células cancerosas. Los medicamentos generalmente se administran a través de una vena, pero también se pueden tomar en forma de píldora, dependiendo de los medicamentos específicos que recibas.
- Terapia de radiación: La terapia de radiación utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para destruir las células cancerosas.
- Trasplante de médula ósea: Un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, implica el uso de altas dosis de quimioterapia y radiación para suprimir la médula ósea. Luego, las células madre sanas de la médula ósea de tu cuerpo o de un donante se infunden en tu sangre donde viajan a tus huesos y reconstruyen tu médula ósea.
- Otros tratamientos: Otros medicamentos utilizados para tratar el linfoma incluyen medicamentos con diana específica que se enfocan en anormalidades específicas en las células cancerosas. Los medicamentos de inmunoterapia utilizan el sistema inmunitario para destruir las células cancerosas. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR, por sus siglas en inglés) toma las células T que combaten los gérmenes de tu cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y las infunde de nuevo en tu cuerpo.
Preparación para la consulta
Pide una cita con tu médico de atención primaria si tienes algún signo o síntoma que te preocupe. Si tu médico sospecha que tienes linfoma, puede remitirte a un médico que se especialice en enfermedades que afectan las células sanguíneas (hematólogo).
Como las citas pueden ser breves y suele haber mucho para hablar, es aconsejable ir bien preparado. La siguiente información te ayudará a prepararte y a saber qué esperar del médico.
¿Qué puedes hacer?
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la consulta. Cuando programes la consulta, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
- Anota cualquier síntoma que tengas, incluso los que parezcan no tener relación con el motivo por el cual programaste la consulta.
- Anota tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida.
- Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que estés tomando.
- Considera pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una consulta. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que hayas pasado por alto u olvidado.
- Anota las preguntas que desees hacerle al médico.
Tu tiempo con el médico es limitado; por eso, preparar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar ese tiempo al máximo. Ordena las preguntas de la más importante a la menos importante, por si se acaba el tiempo. Para el linfoma, algunas preguntas básicas para hacerle al médico son las siguientes:
- ¿Tengo un linfoma?
- ¿Qué tipo de linfoma tengo?
- ¿En qué etapa está el linfoma?
- ¿El linfoma es agresivo o crece lentamente?
- ¿Necesitaré hacerme más pruebas?
- ¿Necesitaré tratamiento?
- ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
- ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada tratamiento?
- ¿Cómo afectará el tratamiento a mi vida diaria? ¿Puedo continuar trabajando?
- ¿Cuánto durará el tratamiento?
- ¿Consideras que hay un tratamiento que sea el más adecuado para mí?
- Si tuvieras un amigo o un ser querido en mi situación, ¿qué consejo le darías?
- ¿Debería consultar a un especialista en linfomas? ¿Cuánto costará? ¿Lo cubrirá mi seguro?
- ¿Tienes folletos u otro material impreso que me pueda llevar? ¿Qué sitios web me recomiendas?
Además de las preguntas que has preparado para el médico, no dudes en hacer otras.
¿Qué esperar del médico?
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Estar listo para responderlas puede darte tiempo para tratar otros temas que quieras abordar. El médico puede preguntarte lo siguiente:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuán intensos son los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, esté mejorando los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, esté empeorando los síntomas?
- ¿Tienes algún familiar que haya padecido cáncer, incluido el linfoma?
- ¿Tú o alguien de tu familia han padecido un trastorno que afecte el sistema inmunitario?
- ¿Tú o tu familia han estado expuesto a toxinas?