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Las admisiones por este padecimiento han sido frecuentes en el cuarto de urgencias, por parte de pacientes con complicaciones, que no pudieron operarse oportunamente debido al cierre de las cirugías por motivo de la pandemia.
- Ana Quinchoa
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Llevar una vida sedentaria y con un alto consumo de alimentos con grasas saturadas, ha hecho que los problemas en la vesícula biliar entre los panameños, cada vez sean más frecuentes con el paso de los años. Tanto, que muchos han sufrido de dolores abdominales que, a través de un ultrasonido, han dado como resultado que padecen de cálculos biliares, infecciones, o pólipos (crecimiento que sobresale de la superficie interior de la vesícula).
Quienes padecen de esta afección, deben ser intervenidos quirúrgicamente, para que el problema no se agrave y cause una dificultad mayor al paciente. Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, este tipo de cirugías se realizan de forma ambulatoria (donde la persona puede retornar a su hogar, horas después de la operación).
Si bien, la vesícula es un órgano pequeño, situado debajo del hígado, y aunque algunos dicen que no es indispensable, la realidad es que sí tiene una función importante, y es la de digerir las grasas, pues almacena la bilis (líquido digestivo que produce el hígado) y la libera posteriormente al intestino delgado. Se ve afectada por obstrucciones cuando hay cálculos biliares.
“Si hay dolor, se debe intervenir. Si una persona tiene un episodio, debe pasar por cirugía de inmediato, pues es muy probable (arriba del 70%) que un segundo episodio se presente y vuelva a afectar al paciente. El riesgo de complicaciones aumenta un 2 % cada dos años, y es acumulativo”, explica el Dr. Aurelio Iván Nuñez, cirujano general y especialista en coloproctología.
Hasta ahora, en Panamá no hay informes oficiales que indiquen cuántas personas exactamente han sufrido de problemas en la vesícula, sin embargo, el Dr. Nuñez, que atiende estos casos en el Consultorio Médico Paitilla y en los Consultorios América, menciona que las cirugías por esta afección son tan frecuentes en nuestro país que, en una institución pública se puede estar realizando entre 20 a 30 operaciones mensualmente, mientras que en una clínica privada al menos unas cinco al mes, lo que al año serían 60 en total. Se calcula que el 15 % de la población tiene colelitiasis (cálculos en la vesícula), señala.
La obesidad, multiparidad, diabetes, cirrosis hepática, enfermedad inflamatoria intestinal, son algunos de los factores predisponentes para la presencia de piedras en la vesícula, agrega la Dra. Noriela Tejera, especialista en cirugía general.
‘Este problema es más frecuente en mujeres en edad fértil, con algún índice de obesidad, sin embargo, es una afección de la población adulta en general, y los panameños no escapan de esta realidad’, dice Tejera.
Además, por los estragos que ha causado la pandemia por COVID-19, la especialista ha tenido admisiones frecuentes en el cuarto de urgencias, de pacientes con complicaciones por piedras en la vesícula, que no pudieron operarse oportunamente debido al cierre de las cirugías programadas de todo el año pasado.
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Si se presentan dolores abdominales intensos, donde la persona no puede sentarse en posición derecha o encontrar una posición cómoda; si tiene el color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia); y si tiene fiebre alta con escalofríos, se debe acudir de inmediato al médico, porque son señales de que hay problemas en la vesícula, comparten especialistas de Mayo Clinic.
¿Se puede vivir sin vesícula?
Vivir sin vesícula biliar sí es posible, ya que el organismo se adapta al cambio, y siempre se va a segregar la bilis, solo que, la persona al no tener este órgano, la bilis no se almacena entre comidas, sino que pasa directamente del hígado al intestino delgado, explican los doctores.
Para cada persona es distinto después de una extirpación de vesícula, pues a algunos les afecta comer alimentos con alto contenido de grasas no saludables, o productos lácteos, provocando malestares estomacales, mientras que otras personas no tienen ninguna reacción.
En el caso de Juan, un joven de 26 años, que pasó por una cirugía de vesícula hace años en el Hospital Santo Tomás, le siguen afectando algunas comidas, por ello, tuvo que tomar la decisión de hacer un cambio alimenticio en su vida, para evitar molestias que le causaban algunos alimentos.
Tejera indica que solo los primeros días después de la operación se le recomienda al paciente que controle su ingesta de alimentos grasos, y evitar comer en grandes cantidades para disminuir las molestias gastrointestinales: distensión abdominal, flatulencias y evitar episodios de diarrea. En la mayoría de los casos los síntomas duran pocos días o semanas.
Por su parte, Nuñez, menciona que las personas más propensas a sufrir de la vesícula son aquellos que tienen obesidad, con los triglicéridos altos, diabéticos y pacientes con anemia falciforme (una enfermedad de la sangre de origen hereditario), sin embargo, dice que se puede prevenir si la persona controla su peso, cuida su alimentación, disminuye la ingesta de grasas (porque aumenta el colesterol), y evita la pérdida de peso rápido.
A nivel internacional
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), compartió datos estadísticos en el año 2013, donde señalan que en aquel tiempo ya las cirugías de este tipo eran muy frecuentes, y que las más propensas a sufrir de este mal son las mujeres.
Los datos revelaron que ese año se realizaron 9,137 extirpaciones de vesícula (colecistectomías), de los cuales 2,166 eran hombres y 6,971 mujeres; los cambios hormonales y los embarazos hacen más vulnerable a las femeninas.
Mientras, en México, se conoce que afecta hasta el 30 % de la población en general, según el servicio de Cirugía General del Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco.
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