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Del par de zapatillas Nike Air Yeezy 1 utilizadas por el rapero Kanye West y revendidas por 1,8 millones de dólares a las eternas listas de espera para los usuarios de plataformas de venta de calzado, las "sneakers"-tecnicismo para calificar estas zapatillas deportivas- se han convertido, en muchas ocasiones, en un bien de lujo.
- Redacción Mujer
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De ser una prenda funcional a pieza indispensable de la moda casual y convertirse, además, en objeto de deseo para coleccionistas y hasta un bien en el que invertir, las zapatillas deportivas se han convertido en un objeto perseguido por coleccionistas, como modelos de precios desorbitantes.
Del par de zapatillas Nike Air Yeezy 1 utilizadas por el rapero Kanye West y revendidas por 1,8 millones de dólares a las eternas listas de espera para los usuarios de plataformas de venta de calzado, las "sneakers"-tecnicismo para calificar estas zapatillas deportivas- se han convertido, en muchas ocasiones, en un bien de lujo.
En los años 80, Nike se unió con Michael Jordan para gestar el primer modelo de zapatillas vinculadas a un deportista, una historia que rescataba recientemente la película "Air: la historia detrás del logo", dirigida por Ben Affleck. Esa colaboración fue el germen de lo que décadas después sería un imperio a pie de calle y para coleccionistas.
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"Sneakerheads", coleccionistas tras los diseños más exclusivos
Con plataformas especializadas que funcionan como intermediarias y que revisan los modelos para corroborar así que no se trate de falsificaciones, la reventa de zapatillas de ediciones especiales se convierte en un negocio en auge y en un bien en el que invertir.
Ediciones especiales, una oferta muy limitada y campañas de cuenta atrás han convertido uno de los calzados más democráticos de la historia en un bien exclusivo al alcance de unos pocos. Una industria que, según señalan desde plataformas especializadas como Taxo, mueve al año unos 74.000 millones de dólares.
Tras estos modelos exclusivos y codiciados surge la figura de los "sneakerheads", coleccionistas que adquieren los modelos más deseados cuando salen a la venta para revenderlas posteriormente a precios más elevados, en especial aquellos modelos realizados en colaboración con diseñadores, artistas de toda índole y firmas.
Un ejemplo es la colaboración con Nike de un diseñador como Virgil Abloh, director creativo de Off White y Louis Vuitton hasta su muerte en 2021. Las 200 unidades que se fabricaron fueron subastadas en 2022 por Sotheby’s por 25 millones de dólares.
Auge como bien de inversión
Aunque las zapatillas son ya parte indispensable de cualquier fondo de armario -y según apunta la plataforma especializada Business Of Fashion el negocio de la reventa llegará a los 28.000 millones de euros en 2030-, la fiebre por las zapatillas desciende entre el común de los mortales, que ya no agotan modelos más accesibles como ocurrió hasta 2020.
"Cuando llegaban modelos virales solían venderse en medio día, es raro que llegaran pares disponibles al día siguiente, a menos que fueran tallas poco comunes", explica María Salcedo, experta en "sneakers" y trabajadora en algunos de los sellos de distribución de zapatillas más relevantes a nivel nacional.
De este auge, que comenzó en pandemia impulsado por iconos como Kanye West o Kendall Jenner, que acercaron estos modelos a la moda casual, destacan algunos modelos especialmente demandados como el "Dunk" o las Air Jordan, que durante una época "era complicado hasta que llegaran a tiendas físicas".
"Había medidas para evitar falsificaciones y reventas; la devolución de algunos modelos no estaba permitida para evitar así que se falsificaran, y de otros solo podía venderse un par por persona”, apunta Salcedo.
Las plataformas de ventas siguen cuidando el detalle, guardando para los usuarios registrados calendarios, alarmas y cuenta atrás de días, horas y hasta segundos de los próximos lanzamientos en "webs", aunque según detalla Salcedo, piezas básicas como las Air Force en blanco se han consolidado como fondo de armario.
"Existen ediciones especiales que sí que suelen agotarse sin llegar a ser piezas de coleccionista, por ejemplo, las ediciones de San Valentín, de las que se producen pocas unidades a precios no muy altos", indica la experta sobre un mercado que crece para coleccionistas y se relaja para los consumidores de la calle.EFE