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Un equipo de psicólogos presenta una serie de consejos para abordar situaciones de desigualdad para las mujeres en el trabajo.
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La situación de la mujer en el trabajo sigue presentando claros signos de desigualdad. La brecha salarial entre géneros sigue estando presente.
Esta es solo una de las muchas situaciones que viven a diario millones de mujeres en sus trabajos. Por ello, los psicólogos de ifeel prepararn doce recomendaciones para afrontarlas desde el punto de vista psicológico.
Inhibir mi participación porque soy la única mujer
En muchas situaciones, las mujeres se encuentran en minoría y se sienten invisibilizadas. Por ello, muchas creen que no serán tenidas en cuenta o que sus ideas no son valiosas.
Las trabajadoras deben darse la oportunidad de ser escuchadas y ser proactivas, incluso en entornos hostiles. Dejar a un lado las presunciones puede ayudar a proyectar más seguridad y poder expresar sus opiniones.
Techo de cristal
El techo de cristal significa que a medida que se avanza en situaciones con más poder, las mujeres se encuentran menos representadas.
Según la Organización Internacional del Trabajo, un 65,51 % de las empresas europeas y asiáticas son dirigidas por hombres frente a un 34,49 por ciento, que tienen a una mujer como directiva.
Según los psicólogos de ifeel esta situación provoca una sensación de indefensión aprendida alimentada por falta de referentes. "La mujer tiene que creer en sus propias posibilidades y tejer alianzas para poder promocionarse como candidata válida", señalan.
Otra problemática muy frecuente es el acantilado cristal. Un fenómeno por el que las mujeres son más propensas a ser contratadas en situaciones de crisis, lo que precariza su situación.
"El sistema heteropatriarcal tiende a repeler a la mujer con poder y hace una camarilla de hombres. Por ello, despliega sus mecanismos de defensa y expulsa con más facilidad a las mujeres líderes para no permitir que avancen. Al final, ocurre como con el techo de cristal, ya que se encuentra con obstáculos invisibles contra los que es difícil de luchar", explica la plataforma de psicología.
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Culpabilidad de las madres que trabajan
La separación de los hijos puede ser traumática para algunas mujeres. En ocasiones, esta se manifiesta con remordimientos, sentimientos de culpa y frustración por no cumplir con sus hijos y su carrera.
La recomendación es desterrar la autocrítica dañina y no sobredimensionar la presunta desatención a los hijos. Una mayor atención no implica mayor calidad en los cuidados.
Paternalismo (mansplaining) o infantilización de la mujer
El “mansplaining” consiste en la actitud paternalista y condescendiente del hombre hacia la mujer a la hora de dar una explicación. Esta situación puede dañar la autoestima de la empleada y construir una reputación errónea de la trabajadora.
Los psicólogos apuestan por utilizar la asertividad para recordar a sus compañeros su capacidad para comprender los asuntos que le competan.
Acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual consiste en manifestaciones físicas o verables de índole sexual que ofenden, intimidan, denigran o presionan a la mujer. Este tipo de actitudes pueden afectar gravemente a la salud mental y física de la mujer y crear inseguridad en el lugar de trabajo.
"La mujer tiene que tener presente que ellas son las víctimas y deben avisar al departamento de Recursos Humanos y legal de sus empresas para denunciar esta situación", afirman.
Juzgar por la vestimenta o el aspecto en general
El aspecto físico no debe suponer un agravio para el trabajo de una mujer. Cuando una mujer es juzgada por otros compañeros puede suponer incomodidad para la trabajadora, ya que en algunos casos se llegan a cuestionar sus capacidades intelectuales.
Los psicólogos creen que se deben establecer límites no destructivos a la presión externa para poder autoafirmarse con libertad.
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Discriminación en los procesos de selección
En los procesos de selección, las mujeres tienen menos posibilidades para ser contratadas debido a su género.
Esta situación supone un riesgo para la estabilidad laboral de las mujeres y para su propia autoestima, ya que se autoperciben como menos válidas a la hora de postularse.
Desde ifeel creen que transmitir seguridad y confianza basados en los talentos y logros es clave. Asimismo, la candidata no tiene que contestar a aquellas preguntas que puedan invadir su intimidad, especialmente sobre el estado civil, entre otras.
Miedo a quedar embarazada
Muchas mujeres deciden aplazar su maternidad para no detener sus carreras o por el miedo a la reacción de la empresa.
Las razones de este retraso son tanto personales como externas a la propia mujer, aunque muchas veces la complicada conciliación laboral es la causante.
Cuando una mujer se queda embarazada puede tener cierto miedo a comunicarlo a la empresa por las posibles consecuencias. "La empresa debe mostrar confianza para mejorar la relación con los empleados", sostiene este grupo de psicología.
Atender a la familia: doble jornada
Las jornadas en el trabajo junto al cuidado de los hijos suponen en muchos casos una doble carga. Actualmente, las mujeres siguen asumiendo una mayor carga de cuidados de los hijos y se sienten culpables de no poder llegar a todo.
La recomendación expone que el reparto de tareas es esencial para poder coordinarse en el hogar, por lo que hay que aprender a delegar y confiar en el cónyuge como primer paso.
Exceso de "masculinidad tóxica"
La masculinidad tóxica es un término que se utiliza para describir conductas de los hombres que exageran rasgos femeninos de forma negativa. Se pueden dar situaciones que dejan relegadas a las mujeres a un plano secundario, tanto en reuniones como en otras dinámicas de trabajo.
Se aconseja preparar las reuniones con antelación acordando la participación de cada trabajador para poder escuchar todas las opiniones. En caso de algún comentario inapropiado, la trabajadora puede indicarlo a sus compañeros de forma educada y mantener un registro estrictamente profesional.
Necesidad de justificar los logros más que un hombre
En ciertos contextos laborales, las mujeres se ven obligadas a tener que justificar sus logros profesionales. En estos casos, muchas trabajadoras sufren “el síndrome del impostor”, una expresión que se refiere a la incapacidad de percibir el propio éxito y a una sensación de falsedad.
Esto provoca que estas trabajadoras sientan que “no merecen ese puesto” o duden de su propia valía. Por ello, los psicólogos creen que la trabajadora no necesita dar explicaciones por sus éxitos.
Brecha salarial
La brecha salarial existe y se mantiene. Muchas trabajadoras se sienten incapacitadas de negociar un sueldo o pedir un aumento, por lo que perjudica su propia imagen.
La recomendación de ifeel es informarse sobre la situación del sector y el puesto para poder exigir un salario adecuado a su trabajo.
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